Fedecámaras nunca ha representado a los sectores productivos de Venezuela y en abril de 2002 su cúpula fue utilizada por un movimiento empresarial que se convirtió en un partido político, para derrocar a un gobierno legítimo, por la única razón de no perder sus privilegios.
Así resumió el empresario agrícola Miguel Pérez Abad, la conducta que han tomado desde hace 9 años los directivos de esta organización contra la Revolución Bolivariana, y en especial los hechos que se desencadenaron en ese abril de 2002, cuando una marcha opositora fue manipulada a través de una campaña mediática sin precedentes, desviada y conducida hacia Miraflores, en un plan preconcebido, para justificar con la muerte de venezolanos el derrocamiento del Presidente Chávez.
Carmona sabía lo que venía:
En entrevista en Dando y Dando, que transmite VTV, Pérez Abad rememoró que antes del golpe, Pedro Carmona Estanga, quien era presidente de Fedecámaras y más tarde el "presidente de transición" de la junta golpista que usurpó Miraflores, le pidió que no estorbara.
"Antes del golpe fui convocado a una reunión donde el propio Carmona Estanga me leyó la cartilla...", dijo el empresario. "Sin darme muchas señales, me dijo que aquí iban a pasar hechos, esto se va a poner muy feo. Me dijo: te voy a pedir que no declares, que no te atravieses en el camino en esta corriente".
"Yo entendí esa noche, con esa reunión, que venían eventos muy fuertes. Por eso, el 9 de abril, dos días antes, ofrecimos una rueda de prensa (para alertarlo), y pese a que fue cubierta por la mayoría de los medios, no salió al aire, sino solamente en el Canal 8" (del Estado).
Pérez Abad recordó que meses antes del 11A, todos los pequeños y medianos productores recibieron amenazas. "Al principio eran veladas, a través de los medios, y luego amenazas físicas. Inclusive recibí llamadas, fui perseguido... llamaban a mi madre. La cosa se puso intensa".
En esos días previos solicitó reunión con el Presidente Chávez y en el ínterín conversó con algunos ministros, como Diosdado Cabello y Aristóbulo Istúriz, sobre la angustia de los productores "ante un hecho que veíamos inminente, que era la ruptura del hilo constitucional".
"El 11 de abril hablé con el Presidente Chávez ....sobre lo que estaba pasando. Salí a las 2 de la tarde, pero ya los hechos estaban en pleno desarrollo".
Carmona fue un títere:
"Esa tesis de que la mayoría de los productores agropecuarias apoyaban el paro no era cierta", dijo Pérez Abad, sobre la supuesta causa que dio origen a toda la conspiración. Reafirmó que, por el contrario, las leyes habilitantes beneficiaban a la mayoría de los empresarios y trabajadores del campo, y en términos generales impulsaban un nuevo modelo socioproductivo y de atención a los sectores que siempre fueron excluidos.
Afirmó que el Gobierno dio rango constitucional a la mediana y pequeña empresa y precisaba de leyes para abrir las opciones.
Dijo Pérez Abad que Conindustria y otras organizaciones "arrimaron fuerzas" para concretar el golpe. "Y esos empresarios que nos acosaban y nos tenían acorralados, estaban siendo parte de un complot de la estructura burguesa, que era la que gobernaba".
"Carmona, evidentemente, fue un títere de las transnacionales y grupos de poder, de la burguesía que se negaban a compartir la riqueza nacional y el poder. No estaban dispuestos a dejarlo, sencillamente".
El empresario agrícola acotó que gracias a un pueblo que despertó, se logró reponer al Presidente Chávez en el cargo que le corresponde por decisión popular. "El 13 de abril quedó en evidencia ese compromiso de la mayoría del pueblo".
"No hay duda de que la profundidad política del pueblo es radicalmente distinta, de alguna manera el camino de la Revolución Bolivariana avanza con una plataforma muy sólida. El pueblo se apropia del proceso de una Revolución que no viene a hacer cambios simples, sino a quedarse para siempre en la medida que el pueblo lo interiorice".
Aseveró que la FANB tiene una nueva estructura para gestionar las transformaciones del país y hay una mayor comprensión de lo que está pasando en el país. "Hay otros derroteros, como la participación política para dirimir las diferencias y eso ayuda a la democracia venezolana".
Consideró que actualmente ningún productor o empresario se le ocurriría otra aventura como esa. "Posteriormente se intentó hacer algo pero no pudieron porque los productores no estaban dispuestos a ser manipulados nuevamente".
Pérez Abad, aunque cree que en Fedecámaras y sectores afines todavía sueñan con una aventura golpista, todo su gran poder mediático y económico no ha podido con los verdaderos sectores productivos que ya no están alineados "y eso es ganancia".
El empresario concluyó que la Revolución Bolivariana ha venido avanzando en los sectores productivos que han entendido que el proceso "llegó para largo tiempo".
"Las fuerzas productivas tienen que alinearse a un contenido social fundamental para transformar la sociedad venezolana", reflexionó.
(VTV)
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