Real Madrid retrasó el alirón del Barcelona, con un nuevo "hat-trick" de Cristiano Ronaldo que alcanza 37 goles en Liga y un tanto de Benzema (4-0), y deja al Getafe al borde del abismo, jugándose la permanencia en las dos últimas jornadas ante rivales directos como Osasuna y Real Sociedad.
La temporada ha acabado en el estadio Santiago Bernabéu antes de tiempo. En un ambiente frío, con la peor entrada del año, el Real Madrid cumplió. Se olvidó de favores a un equipo amigo, el Getafe, al que mete en verdaderos problemas. Toda la temporada en otras batallas y a la hora de la verdad se ve una pelea que no era la suya, con la peligrosa dinámica de ir de arriba hacia abajo.
Le faltó tensión al duelo. Lógico por parte del Real Madrid, que se crece en ambientes duros como Mestalla y Sánchez Pizjuán para sacar a relucir su mejor fútbol, pero se contagia en su casa de un ambiente apagado. Tanto como el Getafe. Jugándose la vida no mordió. En su estilo de juego no entran excesos de raza. Y lo tiene que modificar en dos partidos en los que se juega la vida.
La buena relación de los dos equipos no se traslada al terreno de juego. Piques personales en Pepe y Casquero, que se enfrentaron por primera vez después de una jugada que marcó a fuego la carrera del central portugués. Marcelo y Cata nunca serán buenos amigos. Pero al partido le faltó intensidad. No había opción a la polémica.
Por respeto a su escudo, primero, y al resto de equipos que pelean por la permanencia, el Real Madrid salió a atacar. Intentó divertirse con un tridente ofensivo que se eleva entre lo mejor de la temporada. Con Di María, Özil y Cristiano Ronaldo, José Mourinho tiene ataque para años. De los tres nacieron todas las acciones de peligro blancas en el primer acto.
El Getafe tan temeroso como Dani Parejo en su vuelta a casa. Con las líneas separadas y sólo Colunga incansable en la pelea por cazar algún balón con el que crear peligro. Con el dominio local, fue Higuaín el que tuvo dos acciones que no acertó a rematar. Y Di María el que se encontró con el Cata en un disparo con marchamo de gol.
Con el dominio blanco el tanto era cuestión de minutos. Llegó en una acción bella. Maestro Özil en el pase. Con el exterior del pie, desde el pico del área. A la cabeza del insaciable Cristiano. Se mantuvo en el aire y remató a la red.
El Bernabéu extrañó a Iker Casillas. Le concedió descanso Mourinho y fue Antonio Adán el portero. Pudo ser cualquiera porque fue un espectador más. Sólo intervino a un disparo raso de Colunga a los 34 minutos. El cabezazo, en jugada de estrategia, al borde del descanso se estrelló en la defensa.
Pudo sentenciar antes el Real Madrid. Disparos de Özil y un nuevo vuelo sin motor de Cristiano, que esta vez no precisó su testarazo. Se quitó la espina en la segunda parte. Tras chutar una falta lejana al lateral de la red, aumentó sus números de leyenda. Marcó con regalo de su mejor socio, Özil.
El Getafe fue víctima de su propia angustia. No apareció y cuando tuvo una llegada, Casquero chutó fuera con todo a su favor por apostar por la potencia antes que la colocación. Voluntarioso el Real Madrid acabó ganándose la ovación de sus seguidores.
Benzema no tardó en aparecer. El jugador que no participó en la semifinal europea ante el Barcelona y volvió a mostrar su estado de forma. El primer balón que tocó lo mandó dentro de la portería. El pase en profundidad de Xabi Alonso, lo mató con los tacos y en carrera picó el balón a Ustari.
Sufrió el Getafe hasta el final y se divirtió el Real Madrid. Cristiano pasó de un enfado de ganador, desesperado por perdonar un mano a mano y un remate con todo a favor tras pase cruzado de Benzema, a cerrar la goleada marcando de penalti su gol 37 en Liga, el 50 de la temporada. Ya es el futbolista que más ha marcado en un año de toda la historia del Real Madrid. El año blanco finiquitado. El azulón respirará angustia hasta el final.
EFE
La temporada ha acabado en el estadio Santiago Bernabéu antes de tiempo. En un ambiente frío, con la peor entrada del año, el Real Madrid cumplió. Se olvidó de favores a un equipo amigo, el Getafe, al que mete en verdaderos problemas. Toda la temporada en otras batallas y a la hora de la verdad se ve una pelea que no era la suya, con la peligrosa dinámica de ir de arriba hacia abajo.
Le faltó tensión al duelo. Lógico por parte del Real Madrid, que se crece en ambientes duros como Mestalla y Sánchez Pizjuán para sacar a relucir su mejor fútbol, pero se contagia en su casa de un ambiente apagado. Tanto como el Getafe. Jugándose la vida no mordió. En su estilo de juego no entran excesos de raza. Y lo tiene que modificar en dos partidos en los que se juega la vida.
La buena relación de los dos equipos no se traslada al terreno de juego. Piques personales en Pepe y Casquero, que se enfrentaron por primera vez después de una jugada que marcó a fuego la carrera del central portugués. Marcelo y Cata nunca serán buenos amigos. Pero al partido le faltó intensidad. No había opción a la polémica.
Por respeto a su escudo, primero, y al resto de equipos que pelean por la permanencia, el Real Madrid salió a atacar. Intentó divertirse con un tridente ofensivo que se eleva entre lo mejor de la temporada. Con Di María, Özil y Cristiano Ronaldo, José Mourinho tiene ataque para años. De los tres nacieron todas las acciones de peligro blancas en el primer acto.
El Getafe tan temeroso como Dani Parejo en su vuelta a casa. Con las líneas separadas y sólo Colunga incansable en la pelea por cazar algún balón con el que crear peligro. Con el dominio local, fue Higuaín el que tuvo dos acciones que no acertó a rematar. Y Di María el que se encontró con el Cata en un disparo con marchamo de gol.
Con el dominio blanco el tanto era cuestión de minutos. Llegó en una acción bella. Maestro Özil en el pase. Con el exterior del pie, desde el pico del área. A la cabeza del insaciable Cristiano. Se mantuvo en el aire y remató a la red.
El Bernabéu extrañó a Iker Casillas. Le concedió descanso Mourinho y fue Antonio Adán el portero. Pudo ser cualquiera porque fue un espectador más. Sólo intervino a un disparo raso de Colunga a los 34 minutos. El cabezazo, en jugada de estrategia, al borde del descanso se estrelló en la defensa.
Pudo sentenciar antes el Real Madrid. Disparos de Özil y un nuevo vuelo sin motor de Cristiano, que esta vez no precisó su testarazo. Se quitó la espina en la segunda parte. Tras chutar una falta lejana al lateral de la red, aumentó sus números de leyenda. Marcó con regalo de su mejor socio, Özil.
El Getafe fue víctima de su propia angustia. No apareció y cuando tuvo una llegada, Casquero chutó fuera con todo a su favor por apostar por la potencia antes que la colocación. Voluntarioso el Real Madrid acabó ganándose la ovación de sus seguidores.
Benzema no tardó en aparecer. El jugador que no participó en la semifinal europea ante el Barcelona y volvió a mostrar su estado de forma. El primer balón que tocó lo mandó dentro de la portería. El pase en profundidad de Xabi Alonso, lo mató con los tacos y en carrera picó el balón a Ustari.
Sufrió el Getafe hasta el final y se divirtió el Real Madrid. Cristiano pasó de un enfado de ganador, desesperado por perdonar un mano a mano y un remate con todo a favor tras pase cruzado de Benzema, a cerrar la goleada marcando de penalti su gol 37 en Liga, el 50 de la temporada. Ya es el futbolista que más ha marcado en un año de toda la historia del Real Madrid. El año blanco finiquitado. El azulón respirará angustia hasta el final.
EFE
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