La provincia nipona de Miyagi, afectada por el desastre de marzo, ha comenzado a analizar muestras de escombros para detectar si están contaminados con emisiones radiactivas de la accidentada central nuclear de Fukushima, informó hoy la cadena NHK.
Las primeras muestras se han tomado en un almacén temporal en la devastada ciudad de Ishinomaki, donde el terremoto y el tsunami dejaron más de 6 millones de toneladas de residuos, la mayor cantidad de entre todos los municipios afectados por el desastre.
Aunque Ishinomaki queda a más de 110 kilómetros al noreste de la central de Fukushima, los análisis pretenden disipar la inquietud pública ante la necesidad de transferir los desechos a otras provincias, puesto que Miyagi, la más afectada por la catástrofe, tiene los depósitos de escombros al límite de su capacidad.
Las pruebas cobran especial relevancia después de que el viernes el Gobierno japonés revelara la detección de plutonio radiactivo procedente de la planta en muestras de tierra tomadas en localidades de la provincia de Fukushima, entre ellas Iitate, que queda a 45 kilómetros al noroeste de la central.
Las autoridades de Miyagi, que en breve comenzarán a analizar escombros en otros 12 centros de almacenamiento, esperan poder trasladar cuanto antes los detritos a plantas de incineración dentro y fuera de la propia provincia si los niveles de radiactividad que revelan los análisis son seguros.
Por otro lado, la operadora de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), publicó el fin de semana una estimación ante posibles averías en la inyección de agua, esencial para enfriar los reactores, donde asegura poder reanudarla en tres horas como máximo si un desastre como el de marzo volviera a afectar a la planta.
El estudio desvela que si la central perdiera este sistema de refrigeración, el combustible nuclear, que se cree que se ha solidificado en el fondo de las vasijas de presión de los reactores, tardaría unas 38 horas en alcanzar su punto de fusión, en torno a los 2.200 grados centígrados, según destaca la agencia Kyodo.
El accidente provocado por el desastre del 11 de marzo en la central de Fukushima ha desatado la peor crisis nuclear en 25 años y ha supuesto la evacuación de decenas de miles de personas, además de que la pesca, la ganadería y los cultivos han resultado afectados por las emisiones radiactivas de la planta.