Casi 7.000 presos están en huelga de hambre en las cárceles de Kirguistán para protestar por la forma en que las fuerzas de seguridad pusieron fin a un motín y más de 1.300 se han cosido la boca para evitar que los alimenten por la fuerza, como ordenaron las autoridades, según ha informado este jueves el Servicio Penitenciario Estatal.
La huelga de hambre comenzó el pasado 17 de enero, un día después de que las fuerzas de seguridad sofocaran unos disturbios en una prisión de Bishkek donde un recluso murió y cientos resultaron heridos.
Con información de ABC.
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