(AP) - El financista estadounidense R. Allen Stanford le mintió a los que invirtieron en su negocio y además les robó su dinero duramente ahorrado para que pudiera llevar la vida fastuosa de un multimillonario, argumentó el martes un fiscal en el juicio por fraude que se sigue a ese hombre de negocios.
El fiscal Gregg Costa dijo ante el jurado en una corte federal de Houston que Stanford tomó dinero de los inversores para adquirir casas y yates, y para financiar partidos de cricket.
“Trató los ahorros de los depositantes como si fueran su propia alcancía personal”, expuso Costa sobre el dinero supuestamente tomado de inversionistas de Estados Unidos, América Latina y el Caribe.
Los fiscales dicen que el emporio de Stanford fue construido con engaños y le timó a los inversionistas más de 7.000 millones de dólares durante 20 años mediante la operación del esquema defraudador conocido como “pirámide” y consistente en la venta de certificados de depósito de un banco que tenía en Antigua y Barbuda.
Stanford, que niega haber cometido delito alguno y señala que sus negocios eran legítimos,enfrenta 14 cargos, incluyendo fraude por medios electrónicos y postales. Podría ser sentenciado hasta 20 años de prisión si se le halla culpable
Uno de los abogados de Stanford, Robert Scardino, le dijo a los jurados que el financista era un empresario hábil e ingenioso que durante 22 años le pagó a los inversionistas hasta el último centavo de lo que les prometía.
“Vamos a demostrarles a ustedes que (el emporio de negocios de Stanford) fue verdadero y que existió”, anticipó Scardino.
El abogado agregó que Stanford no necesitaba robar el dinero de los depositantes ni usarlo como préstamos personales.
“Si necesitaba dinero, podría ir al banco y lograr un préstamo hasta de 1.000 millones de dólares”, aseguró.
Stanford, de 61 años, podría testificar durante el proceso, el cual probablemente dure al menos seis semanas.
En un tiempo considerado una de las personas más ricos en Estados Unidos, con una fortuna estimada en más de 2.000 millones de dólares, Stanford adquirió mansiones y vehículos de lujo, aviones privados y yates.
De acuerdo con los fiscales, Stanford utilizó el dinero de los certificados de depósito vendidos a clientes de al menos 100 países para pagar, cuando vencían, esos documentos vendidos anteriormente y para apoyar sus demás negocios, como bancos, una casa de corretaje que vendía los certificados, una empresa aeronáutica, terrenos para jugar cricket y restaurantes.
Scardino sugirió ante los jurados que el director financiero de la compañía Stanford Financial Group del empresario acusado, James Davis, es el verdadero culpable detrás del fraude imputado por los fiscales. Davis se ha declarado culpable y podría ser testigo de los fiscales durante el proceso.
Tres ejecutivos de la empresa de Stanford también están acusados y serán enjuiciados en junio. Un ex regulador financiero de Antigua está igualmente implicado y podría ser extraditado a Estados Unidos.
Stanford y los ex ejecutivos enfrentan además una demanda de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos por los mismos cargos.
Además de operar en Estados Unidos y Antigua, el Stanford Financial Group contaba con sucursales en naciones latinoamericanas, como Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.