EFE) Ralph Lauren, con una colección inspirada en la Inglaterra de los años veinte y treinta del pasado siglo y de marcado carácter masculino, y Francisco Costa para Calvin Klein Collection, con una apuesta minimalista, ultramoderna y con un toque “punk”, pusieron hoy fin a la Semana de la Moda de Nueva York.
Lauren, quizás el diseñador más potente de la industria de la moda en Estados Unidos, buscó inspiración en el traje sastre y en los abrigos cruzados masculinos de aquellos años, feminizándolos con chaquetas entalladas, sombreros de campana ajustados o “clochés” y elevados tacones.
Con bastón, sombrero de hongo, gorras Gatsby y chistera aparecieron las modelos del desfile de Lauren sobre una pasarela de brillante madera, luciendo una colección de aires muy británicos y con toda una serie de atuendos para el día elaborados en tejidos como franelas y lanas en cheviot, tweed espiguilla, cuadros príncipe de Gales, pata de gallo o raya diplomática.
El diseñador acompañó esas piezas con suéteres de lana gruesa y con los dibujos multicolores típicos del estilo “Fair Isle”, que eran populares en los años veinte del pasado siglo, con camisas masculinas de cuello blanco redondeado, corbata de cuadros escoceses y pantalones de pinzas.
El punto transgresor se lo dio Lauren con los abrigos, chaquetas y bufandas de estampado felino y brillantes accesorios, como pañuelos rojo de bolsillo y con alguna chaqueta tipo motero, para animar una colección en la que predominaron toda la gama de marrones.
Lauren vistió la noche de negro con chaquetas smoking en terciopelo, llevadas con pantalones pitillo o de pata más ancha, algunos trajes de chaqueta, chaleco y pantalón en terciopelo rojo, pero sobre todo con múltiples vestidos negros de largo por debajo de la rodilla o faldas plisadas en cuero con suéteres dorados o plateados en lamé.
Para los trajes de noche se decantó también por siluetas clásicas, en seda, tul o chifón para vestidos de fiesta adornados con pedrería en negro y otros en satén fucsia o lamé dorado con escote palabra de honor, hálter, corazón o asimétricos.
Por su parte, Francisco Costa, el director creativo de Calvin Klein Collection, se decantó por una mujer sofisticada y urbana vestida fundamentalmente de negro, aunque también en el tono grisáceo blanquecino del ónice y pinceladas de rojo, siena y beige, sobre una sala enteramente pintada de negro.
Costa, en declaraciones a Efe, destacó los volúmenes dados a unas piezas confeccionadas en lanas, mohair o tweed, mezcladas con tul, seda o tejidos con tratamientos técnicos de efecto cuero, plasmados fundamentalmente en vestidos y abrigos despegados, subrayando el talle con estrechos cinturones metalizados y algún pantalón negro de napa, pinzas y al tobillo.
Para la noche presentó vestidos, como casi todos los demás, con largo por debajo de la rodilla y elaborados en cuero, cubiertos de una red de cuentas, así como en tejidos “muy nuevos, que no son tradicionales”, porque usa “texturas que son una mezcla de rayón y acetato” para crear capas y volumen, explicó.
“Hay mucha ligereza y he conseguido esas formas de una manera moderna, con tejidos con mucha luz. Hemos trabajado con sastres japoneses para desarrollar tejidos, muy compactos, vidriados”, dijo Costa a Efe, al tiempo que señaló que “las formas son muy arquitectónicas, en los cortes y en las formas”.
“La colección recuerda a las piedras, los guijarros, pero realmente he partido de una exposición que vi en Los Ángeles, llamada ‘Sol Negro’, que resumía la década de los ochenta, el arte y el movimiento punk”, agregó.
El diseñador de Calvin Klein Collection presentó así esa estética “punk” sofisticada con ciertos toques similares a la que una de sus espectadoras, la actriz Rooney Mara, sentada en la primera fila de uno de sus dos desfiles del día, lucía en la película “The Girl With the Dragon Tattoo” (2011).
Al primero de los desfiles de Costa asistieron, además de Rooney Mara, la actriz Emma Stone, una de las protagonistas de “The Help”, nominada a mejor película en los próximos premios Óscar, y la editora de Vogue en Estados Unidos, Anna Wintour.
Además, un grupo de activistas del movimiento Ocupa Wall Street con las caretas de “Anonymous” o maquillados como si tuvieran los ojos ensangrentados -en alusión al episodio en que alguno de ellos fue rociado con aerosoles de gas pimienta por la policía de Nueva York- se manifestó en el exterior del lugar del desfile.
Estas colecciones de dos de los grandes de la moda estadounidense cerraron así la última edición de la Semana de la Moda de Nueva York, en la que se vieron las creaciones de casi un centenar de diseñadores como Carolina Herrera, Custo Barcelona, Carlos Miele, Max Azria, Carlos Campos, Ángel Sánchez y Ricardo Seco, entre otros.