El productor Adilmo Ramón Bríñez Soturno (84), fue liberado aproximadamente a las 9:00 de la noche de este jueves, luego de permanecer secuestrado por unas 27 horas.
El octogenario tuvo que caminar al menos 4 horas luego de ser liberado, hasta llegar a la matera Las Mercedes, en la vía a Tulé, sector Cachirí, de Mara, donde pidió ayuda.
Luego de encontrarse con sus familiares, la víctima contó su historia:
“El pasado miércoles, a las 6:30 pm, me llevaron en una camioneta tres (captores) y me entregaron a cinco hombres. En ese momento forcejeamos y dije: ¡Otra vez! Me sacaron en toalla porque yo me estaba bañando.
Me metieron al monte, sierra adentro, desnudo. Nunca me dieron comida ni agua. Cuando tenía sed exprimía la toalla y me la chupaba, estaba mojada porque nos cayó un aguacero. Había cinco (hombres) y todos armados, dos eran colombianos y el resto venezolanos.
Me decían que yo tenía una hija que tenía cobres y les contesté que yo a ella casi no la veía. Les respondí que yo lo único que tenía era 20 vacas y que si quería llamáramos para venderlas.
Tres veces me han secuestrado, no entiendo por qué me llevan tanto, si no tengo ese capital. Me tenían encadenado de una pierna a una mata, luego me metieron en un hueco y me taparon con ramas para que la Guardia no me encontrara.
En la madrugada, después de tanto caminar por la montaña, fui a dar a la matera. Entonces cogí mi paño y me acosté a dormir en un corral.Anoche (el jueves) se aparecieron como a las 9:00 y me dijeron: ‘¡Te vamos a soltar, si queréis, te vais pal’ c…! Comencé a caminar por muchas horas por ese lugar que no conocía. Le pedí a Dios que me cuidara y en lo único que pensaba era en escaparme.
Fue cuando me vio un trabajador, me dieron de comer y me prestaron un pantalón. Estuvimos conversando con la ley, para que nos patrullen con más frecuencia, porque yo voy a seguir trabajando con mi ruta de siempre”, manifestó Bríñez.
En relación al tema, uno de sus hijos consideró que “el Gobierno debería poner mano dura al hampa, a las 4:30 de la madrugada corroboré que mi papá apareció. Le doy gracias a la Guardia Nacional porque se portaron muy bien. La información que tenemos es que los captores son personas bien vestidas, de la ciudad”.
Por su parte, el teniente coronel Winder Enrique González, comandante del Destacamento de Frontera número 31 de la GNB, informó que la liberación se logró gracias a la presión ejercida por los cuerpos de seguridad.
Con información de Panorama
“El pasado miércoles, a las 6:30 pm, me llevaron en una camioneta tres (captores) y me entregaron a cinco hombres. En ese momento forcejeamos y dije: ¡Otra vez! Me sacaron en toalla porque yo me estaba bañando.
Me metieron al monte, sierra adentro, desnudo. Nunca me dieron comida ni agua. Cuando tenía sed exprimía la toalla y me la chupaba, estaba mojada porque nos cayó un aguacero. Había cinco (hombres) y todos armados, dos eran colombianos y el resto venezolanos.
Me decían que yo tenía una hija que tenía cobres y les contesté que yo a ella casi no la veía. Les respondí que yo lo único que tenía era 20 vacas y que si quería llamáramos para venderlas.
Tres veces me han secuestrado, no entiendo por qué me llevan tanto, si no tengo ese capital. Me tenían encadenado de una pierna a una mata, luego me metieron en un hueco y me taparon con ramas para que la Guardia no me encontrara.
En la madrugada, después de tanto caminar por la montaña, fui a dar a la matera. Entonces cogí mi paño y me acosté a dormir en un corral.Anoche (el jueves) se aparecieron como a las 9:00 y me dijeron: ‘¡Te vamos a soltar, si queréis, te vais pal’ c…! Comencé a caminar por muchas horas por ese lugar que no conocía. Le pedí a Dios que me cuidara y en lo único que pensaba era en escaparme.
Fue cuando me vio un trabajador, me dieron de comer y me prestaron un pantalón. Estuvimos conversando con la ley, para que nos patrullen con más frecuencia, porque yo voy a seguir trabajando con mi ruta de siempre”, manifestó Bríñez.