EFE).- El exembajador de Venezuela en Kenia Gerardo Carrillo Silva, cuya sucesora, Olga Fonseca, fue hallada muerta el pasado 27 de julio en su residencia en Nairobi, rechazó las acusaciones de acoso sexual presentadas en su contra por personal keniano de la residencia oficial venezolana.
“Rechazo la acusación de acoso sexual. Eso no es cierto”, afirmó Carrillo Silva en declaraciones que hoy publica el diario caraqueño Últimas Noticias.
El diplomático, quien, según la publicación, llegó el pasado 20 de mayo al país, aclaró que fue convocado a Caracas por el Ministerio de Relaciones Exteriores y que comunicó ese hecho al equipo de la misión diplomática.
“Les indiqué en ese momento que cada quien permanecería haciendo sus funciones hasta volver nuevamente a Nairobi”, indicó.
Carrillo Silva señaló que estuvo en la legación venezolana durante siete años, desde 2005, de los cuales permaneció cinco años como segundo en jerarquía después de la embajadora.
“Durante esos siete años nunca pasó, ¿por qué luego de mi partida me hacen parecer que huí?”, puntualizó.
El diario keniano “Daily Nation” indicó que la muerte de la embajadora ocurrió después de que personal keniano de la residencia oficial venezolana presentara una queja ante la Unidad de la Policía Diplomática en Gigiri, por haber sido supuestamente despedidos por Fonseca.
Esos empleados, siempre según el citado periódico, fueron supuestamente despedidos por negarse a retirar sus acusaciones de acoso sexual contra el antecesor de Fonseca.
Carrillo Silva advirtió que “este tema es muy sensible culturalmente en el continente africano”.
“He tenido que vivir esta situación y sé que debe salir la verdad de todo esto. Mi familia y amigos, en general, me dicen que mire al frente, que están conmigo”, añadió el diplomático, quien aseguró que en la reunión que sostuvo en Caracas el pasado 21 de mayo se le informó del cese de sus funciones.
El exembajador advirtió que meses después de la llegada a Kenia del primer secretario de esa embajada, Dwight Sagaray, quien permanece detenido luego de que le retiraran la inmunidad diplomática la situación en la legación empezó a tornarse tensa.
Detalló que algunos de los 12 empleados locales comenzaron a cambiar su actitud, según señaló al rotativo, influenciados por Sagaray.
“Advertí en dos oportunidades, por teléfono, del problema; una a finales del año pasado y otra en febrero cuando la situación se hizo insostenible; y de ello eran testigos otros diplomáticos”, añadió el exjefe de misión, quien sostuvo que procuró “conducir todo dentro de los canales propios para estos casos”.
Señaló que pensó en retirarse de la embajada hace tres años, aunque decidió permanecer “por diversas razones”, entre ellas de trabajo.
“Pero no me imaginé que esto tendría que pasar por una lucha de poder que desencadenaría una situación como esta. Debí haber hecho caso a mi intuición de retirarme y regresar a Venezuela”, agregó Carrillo Silva, y relató que en dos ocasiones usó un botón de pánico instalado en la residencial oficial pero al parecer no sucedía nada.
El pasado 1 de agosto, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, indicó, al ser preguntado sobre el caso, que su Gobierno espera “los resultados de la investigación” de la muerte de Fonseca.