La circuncisión altera drásticamente el microbioma del pene lo cual podría explicar por qué la mutilación ofrece protección contra las infecciones virales, según un estudio que publica la revista de internet mBio.
La publicación de la Sociedad Estadounidense de Microbiología da los resultados de un estudio de los efectos de la circuncisión de adultos en los tipos de bacterias que viven bajo el prepucio antes y después de la extirpación.
Un año después del procedimiento la carga total de bacterias en el área había disminuido significativamente y la prevalencia de bacterias anaeróbicas, es decir, las que viven en sitios con poco oxígeno, había disminuido en tanto que las bacterias aeróbicas habían aumentado levemente.
"El cambio en las comunidades se caracteriza realmente por la pérdida de anaerobos", dijo el autor del estudio Lance Price, de la Universidad George Washington.
"Desde un punto de vista ecológico es como si se quita una roca y se observa del ecosistema", añadió. "Si se quita el prepucio aumenta la presencia de oxígeno y disminuye la humedad, se modifica el ecosistema".
El artículo afirma que en pruebas controladas se ha demostrado que la circuncisión reduce en los hombres del 50 al 60% el riesgo de infección con el virus de inmunodeficiencia humana, herpes tipo 2 y el virus del papiloma, pero no se había estudiado las razones biológicas.
Los investigadores usaron muestras de un extenso examen de circuncisión de hombres adultos en Uganda. La circuncisión se ha practicado durante miles de años y está arraigada en tradiciones religiosas.
En muchos hospitales del país la circuncisión se practica de forma rutinaria a menos que el padre y la madre declaren explícitamente que no desean que su hijo sea así mutilado.
Las estadísticas del gobierno federal muestran una disminución de los porcentajes de circuncisiones de recién nacidos en las últimas dos décadas lo que, según algunos expertos, refleja el incremento de niños nacidos de padres y madres inmigrantes de América Latina.
EFE