Tras varios días de tensión en Venezuela, el presidente electo Nicolás Maduro se preparaba para su toma de posesión del viernes ante varios jefes de Estado extranjeros, a pesar del recurso interpuesto por la oposición, que pide el conteo del cien por ciento de los votos.
El heredero del fallecido Hugo Chávez parece haber retomado el control de la situación después de las movilizaciones convocadas por el líder opositor Henrique Capriles en contra de su proclamación como presidente electo y que dejaron, según el gobierno, ocho muertos y más de 60 heridos.
Maduro debía recibir el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), reunida en Lima en cumbre extraordinaria para tratar la crisis política que sacude al país petrolero.
El gobierno seguía preparando este jueves los actos de investidura, a los que asistirán delegaciones de 15 países, incluidos los presidentes de Brasil, Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay.
"Vengan a Caracas. Llamo a este pueblo que se ponga su banda tricolor y se juramente conmigo", pidió Maduro al convocar a una movilización para el viernes, que estará acompañada de un desfile "cívico-militar".
Pero Estados Unidos, principal comprador del petróleo venezolano con 900.000 barriles diarios pagados en efectivo, se mantiene sin reconocer a Maduro. "Pensamos que debería haber un recuento", dijo el secretario de Estado norteamericano John Kerry a legisladores estadounidenses.
"No reconozcan nada, no nos importa su reconocimiento. Nosotros hemos decidido ser libres y vamos a ser libres e independientes, con ustedes o sin ustedes", reaccionó Maduro en respuesta a Washington.
La Unión Europea (UE) anuncio en forma cautelosa "tomar nota" del resultado de la elección, pero señaló que los recursos de la oposición deberían ser "debidamente" examinados.
España reconoció la proclamación de Maduro después de un incidente diplomático entre ambos países tras la ajustada victoria electoral, y estará representada por el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada en la ceremonia de investidura del viernes.
Capriles, por su parte, pidió el miércoles formalmente ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) la revisión del 100% de los sufragios, a pesar de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -órgano que la oposición considera parcializado a favor del gobierno- descartó un recuento manual de sufragios, argumentando que el sistema de votación en Venezuela es totalmente automatizado.
"La presidenta (del CNE) desconoce toda la realidad del proceso electoral y debe preocuparnos (...) El mundo está completamente de acuerdo en que se haga una auditoria porque esto fortalece la democracia", señaló Capriles en una entrevista con NTN24, retransmitida por el canal Globovisión.
Los temores en la oposición sobre inminentes represalias judiciales aumentaron este miércoles, después de que el gobierno y la Fiscalía responsabilizaran a Capriles de la muerte de ocho simpatizantes en las protestas del lunes. En respuesta, el líder opositor responsabilizó a Maduro de los miles de muertos que hubo en Venezuela en los últimos meses debido a la violencia.
Este miércoles las protestas fueron pacíficas. Caracas y otras ciudades del país vivieron otra noche de sonoros cacerolazos de los opositores y el estallido de fuegos artificiales realizado por los seguidores del gobierno, sin que hasta ahora se repitan los incidentes violentos.