El
Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, unos días después de su triunfo
avasallante el 7 de octubre pasado, sin miedo, en cadena nacional, de una
manera parental y demostrando cuanto amaba a su pueblo, llamó a los lideres,
que de una u otra forma han sido parte de este proceso de igualdad y unión, a
trabajar, a no descansar para encontrar la realidad de los problemas de las
comunidades y entregar más felicidad al pueblo.
“Hay muchos contrarrevolucionarios
enquistados, que no solo, no hace nada para solucionar los problemas, sino que él
es parte del problema, el contrarrevolucionario, el corrupto o EL QUE NO
ATIENDE A LOS TRABAJADORES (…) eficiencia político-administrativa, económica,
productiva y calidad revolucionaria, mano de hierro, eficiencia o nada”. Hugo Chávez, 05/11/2012.
Video: http://www.youtube.com/watch?v=KFbS4_uBIWM
Ese líder,
que se ve cada 200 años, reconoció los muchos errores que tuvieron, ¿pero no es
de hombres reconocer errores?, he visto muchos pseudo líderes de la derecha
fascista, escondiendo sus fallas y sus llamados de violencia, pero hoy no voy a
prestar atención a los antirrevolucionarios descubiertos, sino a los que se
siguen escondiendo, sus ganas de acabar con el proceso desde adentro, los
llamados por Chávez contrarrevolucionarios enquistados.
¿Cómo es
posible que aun a estas alturas de formación ideológica revolucionaria y las
experiencias que se ha vivido de golpes de estado orquestados por los quinta
columnas, existan en puestos decisivos para la continuidad de este momento de
alegría para el país, personas que están allí por amiguismo?, esto lo podemos
llamar desidia, poco interés al proceso, o descuido, es algo inexplicable, pero
lo que si estoy seguro es que tienen un lema y es calentar el ambiente cerca de
su lugar de ejecución, y por supuesto crear, confusión en las comunidades, una
matriz de opinión falsa, llevando el pueblo a la calle, para que se diga que la
revolución no resuelve, pero lo peor es
que luego salen a la opinión pública desmintiendo las problemáticas, creadas
por su desinterés e ineficiencia, o tal
vez, resuelven por unos días y dicha
problemática resurge y así el pueblo vuelve a la calle a reclamar lo que en la
Constitución está escrito, y no es más que el derecho a una mejor vida.
He
encontrado una ecuación para llamar a estos enquistados…
“La eficiencia de los ineficientes que
están disfrazados de revolucionarios, es directamente proporcional al tamaño de
la protesta de los afectados, y dura el tiempo necesario para que se mantengan
las calles calientes”
Tal vez
suena cómico, pero no lo es, la seriedad de esta frase se palpa día a día por
todo el territorio venezolano y unido a la canalla mediática que se hacen los
mudos, ciegos y sordos ante los logros
de la revolución, están empañando la felicidad del pueblo, ya basta de amigos
con influencias en cargos enormes, amigos enquistados sin un poco de sentido
común, sin sentido de trabajo para las comunidades, lo que si les sobra son la
agallas bien gigantes y cero socialismo en las venas.
¿Será muy
complicado seguir el ejemplo de nuestro líder imborrable?, quien trabajó
siempre en la calle, escuchando y viviendo, dando respuestas inmediatas a lo
que él sabía que pasaba, porque él era pueblo y lo vivió, cada día aprendió más
del pueblo y cada vez le entregaba más poder, y que ahora su hijo el presidente
obrero Nicolás Maduro, está demostrando trabajando por la revolución y el
pueblo, en la calle diagnosticando, ejecutando y resolviendo.
Gerenciar un
puesto para resolver inconvenientes del pueblo, necesita dialéctica, pero
además, pensar como jugador de ajedrez, trabajar para que en el futuro próximo,
no se presenten problemas que tal vez tengan solución sin que nazcan, no
esperen que el pueblo les diga lo que deben hacer, sorpréndanlos ejecutando
realidades y solventando comunidades, sean parte de la historia, pero de la que
se recuerda bien, “cuando lo extraordinario
se hace un hecho cotidiano podemos decir que estamos en frente de una
revolución”
EFICIENCIA + EFICIENCIA + EFICIENCIA = UN PUEBLO
AGRADECIDO.
Igor Aranzazu (igorzazu@gmail.com)