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jueves, 15 de agosto de 2013

Los traficantes ven en Portugal una puerta para introducir cocaína y hachís

Portugal se ha convertido por su situación geográfica en un "punto caliente" de las rutas de los narcotraficantes, especialmente por la cocaína procedente de América del Sur y el hachís venido de Marruecos. 

Situado en el extremo oeste del sur de Europa, informes oficiales colocan al país, con una extensa costa atlántica, como una ruta frecuente para los traficantes que transportan cocaína a Europa desde Colombia y a través de Brasil. 

El hachís, cuyo "puente" preferencial para el Viejo Continente ha sido tradicionalmente España, es el otro estupefaciente cuya incautación va en aumento en Portugal debido a su cercanía a Marruecos, principal productor mundial de resina de cannabis. 

El coordinador de la Unidad anti-droga de la Policía Judicial (PJ) de Portugal, José Ferreira, atribuyó el aumento de estas aprehensiones de droga a la "situación geográfica" del país, cuyo acceso, marítimo o aéreo, resulta más sencillo para las redes de narcotraficantes por estar ubicado en el extremo meridional del continente. 

"Es más fácil, menos arriesgado, menos costoso. Hay además transportes directos", expuso Ferreira, quien subrayó, no obstante, que existen otros países europeos receptores de droga, como Bélgica u Holanda, donde es más común la heroína o las drogas sintéticas. 

Entre 2011 y 2012, las incautaciones de hachís en Portugal subieron de 14,6 toneladas a 18, mientras que las de cocaína se incrementaron de 3,6 a 4 toneladas en este mismo período. 

A pesar de la fluctuación del precio pagado por el mercado, se calcula que las 18 toneladas de hachís aprehendidas en el 2012 tendrían un valor aproximando de 27 millones de euros, mientras que las de cocaína alcanzaría unos 200 millones. 

Hasta finales de julio de este año, la cocaína lleva una tendencia parecida a la los años precedentes (dos toneladas), mientras que la de hachís se aventura menor (ocho toneladas). 

Desde Portugal, las cargas de estupefacientes viajan hacia otros puntos europeos, entre los que destaca la vecina España, con la que comparte el estatuto de punto de distribución para el resto de Europa. 

En los últimos años, las mega-operaciones contra la droga son cada vez más usuales en un país poco acostumbrado a sobresaltos. 

En el verano del 2012, las autoridades lusas, en colaboración con las españolas, decomisaron en el sur de Portugal tres toneladas de hachís procedentes de Marruecos durante un aparatoso despliegue por tierra, mar y aire que se cobró la vida de un traficante gallego. 

Durante el mismo verano, Macías Nieto, un capo colombiano buscado por la Interpol y por Estados Unidos, fue arrestado en Lisboa junto a sus colaboradores -otro colombiano y tres españoles- cuando transportaban 340 kilogramos de cocaína. 

Y a finales del pasado año, se incautaron 1,2 toneladas de cocaína en el puerto de Lisboa, comúnmente usado por las redes narcotraficantes procedentes sobre todo de Brasil, principal emisor de droga a Portugal. 

Según Ferreira, las redes de narcotraficantes que operan en el gigante sudamericano, considerado país de tránsito de la droga producida en Colombia, Perú y Bolivia, aprovechan los lazos lingüísticos y culturales con la antigua metrópoli Portugal para realizar sus descargas. 

Ocurre lo mismo con Venezuela, otro lugar de tránsito del mercado de la droga, apuntó el coordinador policial, quien citó los lazos luso-venezolanos creados en torno a la masiva inmigración de portugueses. 

Las redes de narcotráfico demuestran una gran capacidad de innovación para dificultar la detección de la droga que introducen, según reconoció Ferreira, quien citó como ejemplos el uso de cocaína diluida en recipientes, mujeres que la escondían en su vagina, en implantes mamarios o incluso dentro de animales vivos. 

Los 'correos humanos' o 'mulas' -personas que transportan la droga en el interior del organismo con elevado riesgo para su salud- son recurrentes también en Portugal, anotó el coordinador.
EFE