La ministra para la Integración de Italia, Cecile Kyenge, abogó este sábado, día en que inicia la Liga de fútbol italiana, por que se dejen de lado "los comportamientos racistas y xenófobos" y que todos aquellos implicados en el juego "hagan equipo dentro y fuera del campo para derrotar este cáncer".
Kyenge, de origen congolés, subrayó que el Campeonato de fútbol es "un evento que será seguido por millones de hinchas". Sin embargo, lamentó que en los estadios italianos se han vivido "con frecuencia episodios molestos de racismo, intolerancia y gestos que no tienen nada que ver con el espíritu que acompaña a la gran mayoría de los seguidores".
"Espero que a partir de esta primera jornada pueda verse en el campo solo el bonito juego", agregó la titular del departamento de Integración.
En Italia han sido varios los episodios de racismo los que se han vivido en los estadios de todo el país, con cánticos desde las gradas dirigidos a los jugadores de color en el campo.
Uno de los partidos que despierta mayor atención en este inicio del campeonato es la visita del Milan al Verona, recién ascendido a la Primera División y cuyos ultras cuentan con un largo historial de incidentes de este tipo.
En el Milan juega Mario Balotelli, de origen ghanés pero crecido en la ciudad lombarda de Brescia, quien en los últimos días señaló que espera que no haya cánticos racistas en el estadio, aunque descartó que fuera a abandonar el campo si los hay.
Con todo, el viernes Balotelli caldeó los ánimos con un mensaje a través de su perfil en la red social Twitter en el que publicó: "Os presento a uno de Brescia", aludiendo a la histórica rivalidad que existe entre los ultra del Brescia y del Verona, por lo que ahora se espera a ver la reacción que tendrán los seguidores del club veronés.
El Lazio, por su parte, iniciará este campeonato liguero con el sector destinado a albergar a sus ultras en el estadio Olímpico de Roma, cerrado como sanción por los coros racistas que se escucharon entre sus seguidores durante la final de la Supercopa italiana del pasado fin de semana, en la que encajaron una dura derrota ante el Juventus por 4-0.
Otro caso de racismo que recibió gran atención fue la decisión de Kevin Prince Boateng, también en las filas del Milan, en enero de este año de abandonar el campo durante un amistoso contra un equipo de las categorías inferiores, el Pro Patria, debido a los abucheos que profirió una parte de la afición local contra los jugadores de color.
Kyenge, de origen congolés, subrayó que el Campeonato de fútbol es "un evento que será seguido por millones de hinchas". Sin embargo, lamentó que en los estadios italianos se han vivido "con frecuencia episodios molestos de racismo, intolerancia y gestos que no tienen nada que ver con el espíritu que acompaña a la gran mayoría de los seguidores".
"Espero que a partir de esta primera jornada pueda verse en el campo solo el bonito juego", agregó la titular del departamento de Integración.
En Italia han sido varios los episodios de racismo los que se han vivido en los estadios de todo el país, con cánticos desde las gradas dirigidos a los jugadores de color en el campo.
Uno de los partidos que despierta mayor atención en este inicio del campeonato es la visita del Milan al Verona, recién ascendido a la Primera División y cuyos ultras cuentan con un largo historial de incidentes de este tipo.
En el Milan juega Mario Balotelli, de origen ghanés pero crecido en la ciudad lombarda de Brescia, quien en los últimos días señaló que espera que no haya cánticos racistas en el estadio, aunque descartó que fuera a abandonar el campo si los hay.
Con todo, el viernes Balotelli caldeó los ánimos con un mensaje a través de su perfil en la red social Twitter en el que publicó: "Os presento a uno de Brescia", aludiendo a la histórica rivalidad que existe entre los ultra del Brescia y del Verona, por lo que ahora se espera a ver la reacción que tendrán los seguidores del club veronés.
El Lazio, por su parte, iniciará este campeonato liguero con el sector destinado a albergar a sus ultras en el estadio Olímpico de Roma, cerrado como sanción por los coros racistas que se escucharon entre sus seguidores durante la final de la Supercopa italiana del pasado fin de semana, en la que encajaron una dura derrota ante el Juventus por 4-0.
Otro caso de racismo que recibió gran atención fue la decisión de Kevin Prince Boateng, también en las filas del Milan, en enero de este año de abandonar el campo durante un amistoso contra un equipo de las categorías inferiores, el Pro Patria, debido a los abucheos que profirió una parte de la afición local contra los jugadores de color.
EFE