Autoridades de seguridad alimentaria de Estados Unidos adoptaron medidas para avanzar hacia la prohibición del uso de las llamadas grasas trans por considerar que son una amenaza para la salud.
Los aceites parcialmente hidrogenados, fuente de la mayor parte de las grasas trans, ya no son “reconocidos como seguros”, dijo la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
La agencia señaló que esta iniciativa puede evitar 7.000 muertes y 20.000 ataques al corazón en EE.UU. cada año. La FDA abrió un período de consulta de dos meses sobre la propuesta para vetar gradualmente las grasas trans.
“Si bien el consumo de grasas trans potencialmente perjudiciales ha disminuido en las dos últimas décadas en Estados Unidos, el consumo actual sigue siendo una preocupación significativa de salud pública”, estableció la representante de la FDA, Margaret Hamburgsaid, en un comunicado.
“La acción de la FDA es un importante paso hacia la protección de más estadounidenses de los peligros potenciales de las grasas trans”.
Si el plan de la agencia tiene éxito, los aceites que obstruyen el corazón serían considerados aditivos alimentarios y no podrán utilizarse en los alimentos a menos que sean oficialmente aprobados, informó la BBC.
El fallo no afecta a los alimentos con grasas trans de origen natural, que están presentes en pequeñas cantidades en algunos tipos de carne y productos lácteos.
Las grasas trans se utilizan tanto en la comida procesada y en los restaurantes como una manera de extender la validez o mejorar el sabor de los alimentos. Las grasas trans se crean al añadir hidrógeno al aceite vegetal, convirtiéndolo en sólido.
Desde 2011, la Organización Mundial de la Salud había hecho un llamado a la eliminación de las grasas trans del suministro global de alimentos.
Los nutricionistas han criticado desde hace tiempo su uso, asegurando que no tienen elementos nutritivos y que contribuyen a enfermedades del corazón en mayor proporción que las grasas saturadas.
Algunas empresas ya han eliminado las grasas trans de sus productos, impulsados por las nuevas etiquetas nutricionales que se ponen en los empaques de comida desde 2006 y en las que deben estar señaladas. Ciudades como Nueva York y otros gobiernos locales también las han prohibido.
RPP