El ministro principal escocés, el nacionalista Alex Salmond, ha defendido que Escocia cuenta con "un gran potencial" para ser un país independiente, al dar a conocer el esperado Libro Blanco que continene el programa separatista de cara al referéndum de septiembre de 2014. En una presentación en el Centro de Ciencia de Glasgow, Salmond ha anunciado que su plan incluye mantener la libra como moneda y el Banco de Inglaterra como prestamista de último recurso, lo que condicionaría las políticas fiscales y monetarias de Escocia. Además la reina Isabel II seguiría siendo la jefa de Estado. En los planes del Scottish National Party (SNP) Escocia sería miembro de pleno derecho de la Unión Europea. El político ha asegurado que la independencia, cuya fecha serría declarada el 24 de marzo de 2016 si prospera el "sí" en la consulta, permitiría al nuevo Estado aprovechar todas sus oportunidades, dados sus recursos energéticos provenientes de los pozos petrolíferos y gasísticos del Mar del Norte.
Al ser cuestionado por la necesidad de contar con el permiso del Gobierno británico para permanecer dentro de la libra, o de contar con la autorización de los 28 países de la Unión Europea para ingresar en el club comunitario, Salmond ha eludido responder directamente.
El texto, de 670 folios y titulado "El futuro de Escocia. Su guía para una Escocia independiente", señala que la separación creará una Escocia "más democrática, más próspera y más justa". Salmond, que hizo la presentación junto con la "número dos" del Gobierno autónomo, Nicola Sturgeon, ha asegurado que "la independencia no es un fin en sí misma. Es un medio para crear una sociedad más justa".
"Tenemos la gente, la capacidad y los recursos para hacer de Escocia un país con más éxito. Lo que necesitamos ahora son los instrumentos económicos y los poderes para construir una economía más competitiva, más dinámica y crear más empleos", ha agregado el ministro principal, que quiere mantener a la reina Isabel II como jefa de Estado.
Por su parte, Sturgeon dijo que la independencia "no es un fin en sí misma", sino que es un medio para construir un país más justo y con mayor bienestar para su población, estimada en 5,3 millones. El Libro Blanco, dividido en cinco secciones, responde a 650 preguntas, entre ellas sobre delicados asuntos como la moneda, el régimen fiscal, la educación, el estado del bienestar y la defensa. El documento señala que votar a favor de la independencia supondrá tomar "las decisiones más importantes sobre nuestra economía", a cargo de "la población de Escocia".
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