‘Carlitos’ lo cuenta todo. El ‘10’ argentino de la Juventus habló de los duros momentos que le tocó vivir desde su infancia pero a la vez indicó que no cambiaría por nada esa etapa en Fuerte Apache que le sirvió "para ser una persona derecha y saber cuáles son los valores de la vida". Sin embargo, deja una frase para recordar: "Tenía miedo a terminar preso".
"Mi infancia no la cambio por nada en el mundo. Me sirvió para ser una persona derecha y saber cuáles son los valores de la vida. La volvería a vivir y siempre volvería a mi barrio. En la calle aprendí los códigos. Me enseñó a ser hombre, siempre digo que la escuela me pudo haber enseñado poco, pero la calle mucho", afirmó en entrevista al diario ‘El País’ de España.
Tévez también contó que nunca se le dio de juntar pósters de jugadores. "Como buen argentino, yo quería ser el Diego. Pero parecerse a Maradona era como querer parecerse a Dios... era imposible. Por eso también me quería parecer a Batistuta", explicó antes de referirse a su equipo de toda la vida, en el cual quiere retirarse.
"Yo soy muy hincha de Boca, toda mi familia lo es. Cumplí el sueño de jugar y ganar con ellos. Boca es... qué sé yo, una pasión que no se puede explicar. Vas domingo a domingo y sabes que vas de fiesta al estadio, gane o pierda el equipo sabes que vas a ver a Boca y eso lo hace distinto. Vas a ver cualquier otro equipo y si juega mal la gente empieza a sentirse mal y a putear. En la cancha de Boca no, allí siempre es alegría, jueguen bien o mal", reveló.
LA SELECCIÓN Y LOS TATUAJES
Sobre la selección, ‘Carlitos’ dijo que la última vez que lloró fue "en el Mundial de Brasil" y que no tiene diferencias con Messi, "como señala la prensa".
"El supuesto veto de Messi es un comentario de los periodistas. Siempre nos hemos llevado bien, dentro y fuera de la cancha. Messi nunca le dirá a un técnico quien tiene que jugar y quién no. No me dolió ver el Mundial desde afuera porque nunca me sentí parte del grupo, pero ahora sí", señaló.
Y respecto a los tatuajes en la espalda, dijo: "Es la de la Resurrección de los Muertos. Cuando fui al Vaticano a visitar al Papa Francisco, lo primero que vi al entrar a la Capilla Sixtina fue ese dibujo en el techo. Me impactó mucho. Después me compré un libro sobre el Vaticano y cuando lo abrí, lo primero que apareció fue esa imagen. Ahí dije: 'me la tatúo en la espalda'. Tardaron un año en hacerme el tatuaje, porque va por sesiones. La verdad que duele mucho pero me gustó”.AFP