( AVN).- Hace 39 años, el 25 de marzo de 1976, en medio de una nube que brotó del monte y fenómenos luminosos, apareció por primera vez la imagen de María Virgen y Madre Reconciliadora de Todos los Pueblos ante la sierva de Dios María Esperanza Medrano de Bianchini, en la finca Betania, ubicada en la carretera Nacional Cúa, del estado Miranda, con el sector San Casimiro, de Aragua, en el centro-norte de Venezuela.
El antiguo fundo agrícola de Betania, decretado en 2009 como Santuario Mariano Diocesano María, Reconciliadora de Todos los Pueblos, se encuentra a 12 kilómetros de la parroquia Cúa, del lado izquierdo de la carretera que une a ambas poblaciones.
La tarea de investigar las múltiples apariciones de la Virgen María en la finca Betania le correspondió al monseñor Pío Bello Ricardo, obispo de la diócesis de Los Teques desde el 7 de marzo de 1981 al 2 de diciembre de 1995.
Esta actividad le tomó tres años, hasta que oficialmente declaró la antigua finca como un sitio sagrado, una morada de peregrinaciones, oración, reflexión y culto en la que se realizan actos litúrgicos, en especial, la santa misa y la administración de los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía.
Arrodillada en uno de los banquitos centrales de la capilla abierta del recinto, caracterizado por su techo machihembrado, enormes lámparas de metal negro y columnas blancas, encontramos a la señora Servelina Gómez, de 55 años, quien desde hace 30 años viaja desde su natal San Casimiro al santuario para pagar promesa por la milagrosa sanación del cáncer de mamaque padeció durante años.Al ingresar al recinto, que abre sus puertas desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, y pasar un imponente arco que se encuentra en la entrada, encontramos cientos de fieles peregrinos que vienen de diversos estados del país y del extranjero, para elevar plegarias y cumplir promesas a la virgen María, madre de Dios, por los favores concedidos: salud, empleo, amor, estudios, milagros.
Gómez, con su expresivo rostro, un rosario y una botellita de agua bendita en las manos, contó a la Agencia Venezolana de Noticias que ella no era devota de ningún santo hasta que por azares de la vida conoció a una amiga que le aconsejó pedir por su recuperación ante la imagen de la Virgen, una figura blanca a cuerpo completo elaborada en mármol y rodeada de flores de múltiples colores.
“Desde aquel día sentí el amor y la ternura de la Virgen en mi corazón. Después de pasar por todo el proceso quirúrgico, quimioterapias, dieta y tratamiento, los médicos me declararon sana. Eso fue un milagro de Dios y de María”, acotó.
Otra de las fieles que año a año visita el santuario es Isabel Herrera, de 18 años, habitante de Calabozo, estado Guárico, quien prometió pagar promesa de por vida si la Virgen María le concedía un favor de salud para su padre, quien sobrevivió a un grave accidente de tránsito que casi le costó la vida.
Herrera se encontraba en una gruta de agua bendita donde todos beben y llenan envases para llevar a sus hogares. “En este santuario se experimenta mucha paz, amor, y eso es por la presencia de la Virgen en cada rincón de este lugar“, resaltó.
“En este hermoso y cálido lugar he sentido la paz y la ternura de Dios, el amor de la presencia de su madre. Este es un regalo del supremo creador”, expresó.El vicerrector del Santuario, párroco desde hace un año de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Cúa, Jhonfer Camacho, informó que desde hace meses remozan el santuario para recibir a los cientos de fieles marianos que anualmente viajan de diversas partes del país y el mundo a elevar sus plegarias y pagar sus promesas.
Celebración del aniversario
Este miércoles 25 de marzo se conmemora el 39 aniversario de la aparición de la Virgen de Betania, la reconciliadora de los pueblos, con una vigilia, rezos del santo rosario, cantos, eucaristía y lectura de la palabra de Dios, entre otras actividades.
La vigilia inicia a partir de las 8:00 de la noche del martes 24 de marzo hasta el amanecer, bajo la dirección del padre Camacho.
El día 25, a las 10:00 de la mañana, el obispo de la diócesis de Los Teques, Monseñor Freddy Fuenmayor, oficia la Misa acompañada por los cantos de la Coral Betania.