La semana pasada me invitaron al lanzamiento oficial del Galaxy Tab en Perú, ya había estado siguiendo este aparato desde hace tiempo porque tenía una pantalla de siete pulgadas y Samsung me vendió muy bien la idea de ‘portabilidad’. Así que me hice de una y a continuación les relato mis experiencias con ella.
Por cierto, estoy abriendo mi sección ‘El lado oscuro de la tecnología’, el cual estará orientada a relatar qué se siente utilizar los dispositivos tecnológicos, en qué parte se destacan, en qué parte fallan y si todo es tan bonito como te lo venden en la publicidad, así que, ¡empecemos!
Sistema operativo:
Ya es de conocimiento general que el Galaxy Tab llega con la versión 2.2 Froyo de Google Android, sin embargo, sabemos también que es un sistema operativo para dispositivos móviles y no orientado exclusivamente para tablets, como sí es el caso del iPad de Apple.
El sistema operativo corre bastante bien, si vienen con el cuento de que ‘Froyo no sirve para tablets porque es para móviles’, pues es mentira. Esta versión de Android corre muy bien en el Galaxy Tab, sin embargo, no está ajeno a leves problemas.
En algunos momentos ocurrieron ciertos ‘lagueos’ con el dispositivo, sobre todo cuando realicé varias tareas al mismo tiempo. En otras hubo problema con la cámara, la cual no me permitía ver lo que esta apuntaba y solo mostraba una imagen previa que había tomado, lo solucioné reiniciando el equipo. No obstante, estos problemas son bastante aislados, la mayoría del tiempo no se presentará y no te arruinarán la experiencia con el Galaxy Tab.
Pantalla:
La resolución de la pantalla es de 1024 x 600 y no es Super AMOLED, pero la verdad, no se siente, el LCD que utiliza es de muy buena fabricación y la tecnología Gorilla Glass ayuda mucho a evitar que tenga rayaduras. He visto como la raspan con una llave y no pasa nada, pero eso sí, no creo que nadie quiera hacer lo mismo con el suyo.
Otro punto a favor es que si lo sacas en plena luz del día, aún así podrás ver la pantalla, claro, no igual como si lo hicieras en la noche, pero no molesta en lo absoluto (a menos que el reflejo del sol te de en la cara). Aún así, recomiendo no hacerlo, Lima se ha vuelto peligrosa.
Aplicaciones:
Aquí puede haber un pequeño problema. Si bien contamos con el Android Market, las aplicaciones que encontraremos serán en su inmensa gran mayoría para teléfonos inteligentes, para pantallas más pequeñas. Si bien se pueden reescalar, no es así en todos los casos.
De otro lado, buscar aplicaciones en el Android Market es harto complicado, sobre todo porque no presenta las cosas de manera organizada y no cuenta con un buscador especializado que ayude a elegir bien una aplicación. Muchas veces he bajado apps y me he dado con la sorpresa de que son muy pequeños, algunos no sirven, terrible.
No obstante, el Samsung Galaxy Tab presenta su propio mercado con varias aplicaciones especialmente dedicadas para el tablet que se pueden descargar de forma gratuita, pero aún falta tiempo para desarrollar más. Muy pocas.
Conectividad y navegación:
Navegar en el Galaxy Tab es una experiencia altamente satisfactoria, pero claro, esto depende del tipo de conexión que tengas y el sitio web al que ingreses. Con esto último me refiero a que la reproducción de Flash no es necesariamente un punto a favor, aparte de gastar un poco más de batería, hace que sitios web se demoren más en aparecer. Realmente, espero el día en que Flash desaparezca. Para no aburrirlos, pasemos a lo importante:
¿Y realmente sirve como teléfono?
No les voy a mentir, utilizar el Galaxy Tab como un teléfono celular resulta altamente ridículo. Vamos, es tremendo aparato que tienes que ponerte en la oreja para hacer una llamada. Sin embargo, hay solución, en mi caso fue comprarme uno de estos auriculares Bluetooth, que me ahorra la incomodidad de estar retirando el dispositivo.
Ahora, no he probado aún, pero sé que hay aplicaciones para Android 2.x que utilizan sistema de voz para hacer llamadas, creo que sería una gran opción.
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