Los choques más violentos tuvieron lugar en la provincia oriental de Kunar, en la frontera con Pakistán, donde las tropas, apoyadas por aviación militar, mataron a unos 25 integristas en el distrito de Nari, según un comunicado de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión de la OTAN en Afganistán.
También se registraron otros combates en distintos puntos de esta misma provincia y en las regiones meridionales de Helmand y Kandahar, según la ISAF.
En Helmand, la ofensiva forzó a los insurgentes a abandonar un importante arsenal de materiales explosivos en el distrito de Sangin.
Pese a tener presencia en todo el país, la insurgencia talibán es especialmente activa en el cinturón suroriental del país, donde predomina la etnia pastún, la propia de los talibanes.
El contingente internacional destacado en el país centroasiático, que este año recibió grandes refuerzos y en verano alcanzó los 150.000 soldados, ha lanzado sendas grandes operaciones contra la insurgencia en sus bastiones de Helmand y Kandahar.
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