Una española de 29 años ha ingresado en prisión acusada de intentar contratar a través de Internet a un hombre a quien prometió unos 2.400 euros (unos 3.200 dólares) si mataba a la esposa de su amante, informó hoy la Policía.
La mujer, imputada por un delito de inducción al homicidio, fue detenida en enero pasado en la ciudad española de Barcelona, donde los policías, suplantando al falso "sicario", concertaron una cita con ella para que efectuara el primer pago, de unos 500 euros (unos 700 dólares).
El inspector Ramón Grasa, de la policía regional de Cataluña, explicó a los periodistas que la mujer supuestamente contactó a través de Internet con un hombre para encargarle que matara a la cónyuge de su amante.
Según Grassa, el falso "sicario" se presentó en una comisaría en Barcelona el pasado 9 de diciembre para denunciar que una mujer había contactado con él a través de su página web para encargarle el crimen de la mujer de su amante.
El inspector explicó que en realidad el "sicario" ofrecía sus servicios en materia de vigilancia y seguridad, siempre en el ámbito legal, destacando su experiencia en conflictos internacionales, aunque la presunta inductora le confundió con un asesino a sueldo.
Tras recibir la denuncia, los agentes suplantaron al falso "sicario" con el objetivo de descubrir quién era la inductora y evitar que intentara contactar con un asesino de verdad.
Los investigadores intercambiaron entonces gran cantidad de correos electrónicos con la presunta inductora del crimen, que les aportó muchos datos personales sobre la potencial víctima, a la que demostró conocer muy bien.
Más de un mes después, los agentes, suplantando al falso "sicario", concertaron una cita el pasado 12 de enero con la inductora para que les hiciera en Barcelona el primer pago -de unos 500 euros-, momento que aprovecharon para detenerla.
Grasa también confirmó que el marido de la potencial víctima no tenía conocimiento de las presuntas ideas criminales de su amante, que actuó bajo un móvil sentimental.
La presunta inductora del crimen y el marido de la potencial víctima, además de amantes, eran también compañeros de trabajo.
Además, el inspector apuntó que el precio que la mujer estaba dispuesta a pagar se sitúa en la franja alta de lo que se puede llegar a pagar por este tipo de encargos criminales.
La mujer, imputada por un delito de inducción al homicidio, fue detenida en enero pasado en la ciudad española de Barcelona, donde los policías, suplantando al falso "sicario", concertaron una cita con ella para que efectuara el primer pago, de unos 500 euros (unos 700 dólares).
El inspector Ramón Grasa, de la policía regional de Cataluña, explicó a los periodistas que la mujer supuestamente contactó a través de Internet con un hombre para encargarle que matara a la cónyuge de su amante.
Según Grassa, el falso "sicario" se presentó en una comisaría en Barcelona el pasado 9 de diciembre para denunciar que una mujer había contactado con él a través de su página web para encargarle el crimen de la mujer de su amante.
El inspector explicó que en realidad el "sicario" ofrecía sus servicios en materia de vigilancia y seguridad, siempre en el ámbito legal, destacando su experiencia en conflictos internacionales, aunque la presunta inductora le confundió con un asesino a sueldo.
Tras recibir la denuncia, los agentes suplantaron al falso "sicario" con el objetivo de descubrir quién era la inductora y evitar que intentara contactar con un asesino de verdad.
Los investigadores intercambiaron entonces gran cantidad de correos electrónicos con la presunta inductora del crimen, que les aportó muchos datos personales sobre la potencial víctima, a la que demostró conocer muy bien.
Más de un mes después, los agentes, suplantando al falso "sicario", concertaron una cita el pasado 12 de enero con la inductora para que les hiciera en Barcelona el primer pago -de unos 500 euros-, momento que aprovecharon para detenerla.
Grasa también confirmó que el marido de la potencial víctima no tenía conocimiento de las presuntas ideas criminales de su amante, que actuó bajo un móvil sentimental.
La presunta inductora del crimen y el marido de la potencial víctima, además de amantes, eran también compañeros de trabajo.
Además, el inspector apuntó que el precio que la mujer estaba dispuesta a pagar se sitúa en la franja alta de lo que se puede llegar a pagar por este tipo de encargos criminales.
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