Son las chicas detrás del chico. Ellas son Marité Ugás y Mariana Rondón, directora y productora, respectivamente. El chico es "El chico que miente", la primera película venezolana en participar en la Berlinale, el Festival Internacional de Cine de Berlín.
La cinta cuenta la historia de un chico de 13 años que deja su hogar en busca de su madre, desaparecida tras los deslaves del estado Vargas de 1999, en los que murieron entre 10.000 y 30.000 personas.
El chico inicia entonces un viaje por la costa de Venezuela en el que va cambiando la versión de su historia en el deslave.
Esta es la primera película que se realiza sobre la tragedia, un "hecho simbólico en este país", le dice la peruana Ugás a BBC Mundo.
Un "premio especial"
No es una película que se parezca a ninguna que se haya hecho en el país (...) En Venezuela esta película es como un extraterrestre
Mariana Rondón, productora de "El chico que miente"
Ugás y Rondón estudiaron en Cuba y trabajan juntas desde 1991.
Pero esta fue la primera vez que el dúo coloca a Ugás en solitario al frente de la dirección de un largometraje.
Codirigieron "A la media noche y media” (1999), y en "Postales de Leningrado" (2007) Rondón dirigió y Ugás produjo.
Ambas películas recibieron varios premios internacionales. Pero "El chico que miente" va por uno especial.
"Berlín es mucho más grande. Es otra cosa. Es emocionante", dice Rondón.
Ugás cuenta el momento en que se enteró de que habían sido invitadas a participar de la sección "Generación", donde se presentan películas dirigidas a un público menor a 18 años.
Directora y productora de "El chico que miente".
Directora y productora esperan que su participaciónen la Berlinale impacte sobre el cine de Venezuela.
La directora estaba dando una entrevista telefónica cuando le llegó un correo electrónico. "Empiezo a leer entrelíneas y dice algo así como 'Estamos muy orgullosos de…' y veo 'Berlinale'. Le colgué al periodista y empecé a llamarla (a Mariana). Fue un vacilón, un vacilón", explica entre risas.
En Berlín competirán con otros 12 títulos. Pero ellas sienten que con lo hecho, en cierto sentido, ya ganaron.
Sin embargo, la esperanza está intacta. Horas antes de partir rumbo a Alemania, Rondón dice imaginar que el día previo al anuncio pensará: "Estaría bueno que también me pase esto, ¿no?".
"Esta película es como un extraterrestre"
Directora y productora esperan que la llegada de "El chico que miente" a la Berlinale tenga su impacto en el cine de Venezuela.
Niño actor. Foto cortesía de Sudaca Films.
La cinta cuenta la historia de un chico de 13 años que busca de su madre.
"Ojalá lo de Berlín no sea algo esporádico", dice Rondón. Pero en cierto aspecto la cinta ya está haciendo ruido.
"No es una película que se parezca a ninguna que se haya hecho en el país. Es un lenguaje donde hay mucho tiempo para pensar. No hay costumbre de ver ese cine. No sólo porque no se hace, sino porque los distribuidores no traen ese tipo de cine a Venezuela. En Venezuela esta película es como un extraterrestre", agrega la productora.
Desde su estreno el 28 de enero, unas 35.000 personas vieron la película. "Lo importante de esto, más allá de cuánta gente la vea al final –dice Rondón–, es poder sentar bases para los espectadores. Sabemos que tenemos que formar al público. Sabemos que esto no es fácil", le dice Rondón a BBC Mundo.
"Mucha de esta gente está viendo por primera vez este tipo de cine. Hay una respuesta de rechazo brutal por una parte: 'Devuélvanme la plata... El chico que miente me ha mentido', porque están esperando ver una película comercial. La otra parte es: 'Creo que la entendí. No sé, es rara, pero me gustó mucho'. Y a eso es a lo que apostamos nosotros", cuenta Ugás.
En tres palabras...
"El chico que miente" es...
* Viaje, añoranza y limbo (Ugás)
* Duelo, textura y atmósfera (Rondón)
La directora atribuye el éxito de la película a que 2010 fue un "año de reconciliación del cine venezolano con su audiencia". También destaca el interés mediático generado a raíz de la presencia en la Berlinale.
Y concluye: "La gente quiere ver algo que hable sobre la tragedia del deslave. Es algo que está en el alma de todo venezolano”.
Entre los chicos y los no actores
"Hay un placer especial en trabajar con chicos. Es como un barro que no ha sido moldeado. Es trabajar sin lo aprendido, que es tan fastidioso a veces. Hemos buscado trabajar con chicos que además nunca han actuado antes", explica la directora de "El chico que miente", Marité Ugás.
"En este caso lo que buscábamos era un chico de 12 años que ni siquiera hubiera hecho de Peter Pan en la escuela, nada".
Ese chico fue Iker Fernández, a quien Ugás destaca por la madurez que mostró durante la filmación.
"Cuando terminó el rodaje me dijo: 'Nunca te dije que no a todo lo que me pediste", cuenta Ugás.
Pero Iker no fue el único de los que participó que no tenía experiencia. "Ese estilo de los no actores es eso: buscar a los personajes que son eso en la vida real. El pescador es pescador, el que vende ostras, pues las vende… y que jueguen un ratito de sí mismos".
La cinta cuenta la historia de un chico de 13 años que deja su hogar en busca de su madre, desaparecida tras los deslaves del estado Vargas de 1999, en los que murieron entre 10.000 y 30.000 personas.
El chico inicia entonces un viaje por la costa de Venezuela en el que va cambiando la versión de su historia en el deslave.
Esta es la primera película que se realiza sobre la tragedia, un "hecho simbólico en este país", le dice la peruana Ugás a BBC Mundo.
Un "premio especial"
No es una película que se parezca a ninguna que se haya hecho en el país (...) En Venezuela esta película es como un extraterrestre
Mariana Rondón, productora de "El chico que miente"
Ugás y Rondón estudiaron en Cuba y trabajan juntas desde 1991.
Pero esta fue la primera vez que el dúo coloca a Ugás en solitario al frente de la dirección de un largometraje.
Codirigieron "A la media noche y media” (1999), y en "Postales de Leningrado" (2007) Rondón dirigió y Ugás produjo.
Ambas películas recibieron varios premios internacionales. Pero "El chico que miente" va por uno especial.
"Berlín es mucho más grande. Es otra cosa. Es emocionante", dice Rondón.
Ugás cuenta el momento en que se enteró de que habían sido invitadas a participar de la sección "Generación", donde se presentan películas dirigidas a un público menor a 18 años.
Directora y productora de "El chico que miente".
Directora y productora esperan que su participaciónen la Berlinale impacte sobre el cine de Venezuela.
La directora estaba dando una entrevista telefónica cuando le llegó un correo electrónico. "Empiezo a leer entrelíneas y dice algo así como 'Estamos muy orgullosos de…' y veo 'Berlinale'. Le colgué al periodista y empecé a llamarla (a Mariana). Fue un vacilón, un vacilón", explica entre risas.
En Berlín competirán con otros 12 títulos. Pero ellas sienten que con lo hecho, en cierto sentido, ya ganaron.
Sin embargo, la esperanza está intacta. Horas antes de partir rumbo a Alemania, Rondón dice imaginar que el día previo al anuncio pensará: "Estaría bueno que también me pase esto, ¿no?".
"Esta película es como un extraterrestre"
Directora y productora esperan que la llegada de "El chico que miente" a la Berlinale tenga su impacto en el cine de Venezuela.
Niño actor. Foto cortesía de Sudaca Films.
La cinta cuenta la historia de un chico de 13 años que busca de su madre.
"Ojalá lo de Berlín no sea algo esporádico", dice Rondón. Pero en cierto aspecto la cinta ya está haciendo ruido.
"No es una película que se parezca a ninguna que se haya hecho en el país. Es un lenguaje donde hay mucho tiempo para pensar. No hay costumbre de ver ese cine. No sólo porque no se hace, sino porque los distribuidores no traen ese tipo de cine a Venezuela. En Venezuela esta película es como un extraterrestre", agrega la productora.
Desde su estreno el 28 de enero, unas 35.000 personas vieron la película. "Lo importante de esto, más allá de cuánta gente la vea al final –dice Rondón–, es poder sentar bases para los espectadores. Sabemos que tenemos que formar al público. Sabemos que esto no es fácil", le dice Rondón a BBC Mundo.
"Mucha de esta gente está viendo por primera vez este tipo de cine. Hay una respuesta de rechazo brutal por una parte: 'Devuélvanme la plata... El chico que miente me ha mentido', porque están esperando ver una película comercial. La otra parte es: 'Creo que la entendí. No sé, es rara, pero me gustó mucho'. Y a eso es a lo que apostamos nosotros", cuenta Ugás.
En tres palabras...
"El chico que miente" es...
* Viaje, añoranza y limbo (Ugás)
* Duelo, textura y atmósfera (Rondón)
La directora atribuye el éxito de la película a que 2010 fue un "año de reconciliación del cine venezolano con su audiencia". También destaca el interés mediático generado a raíz de la presencia en la Berlinale.
Y concluye: "La gente quiere ver algo que hable sobre la tragedia del deslave. Es algo que está en el alma de todo venezolano”.
Entre los chicos y los no actores
"Hay un placer especial en trabajar con chicos. Es como un barro que no ha sido moldeado. Es trabajar sin lo aprendido, que es tan fastidioso a veces. Hemos buscado trabajar con chicos que además nunca han actuado antes", explica la directora de "El chico que miente", Marité Ugás.
"En este caso lo que buscábamos era un chico de 12 años que ni siquiera hubiera hecho de Peter Pan en la escuela, nada".
Ese chico fue Iker Fernández, a quien Ugás destaca por la madurez que mostró durante la filmación.
"Cuando terminó el rodaje me dijo: 'Nunca te dije que no a todo lo que me pediste", cuenta Ugás.
Pero Iker no fue el único de los que participó que no tenía experiencia. "Ese estilo de los no actores es eso: buscar a los personajes que son eso en la vida real. El pescador es pescador, el que vende ostras, pues las vende… y que jueguen un ratito de sí mismos".
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