El Servicio Autonómico de Elaboraciones Farmacéuticas de Venezuela (Sefar) tuvo que incinerar 566.590 kilos de productos médicos y farmacéuticos cubanos caducados por una mala gestión en su manejo.
La información se dio a conocer por un informe del Controlalor General Clodosbaldo Russián. El texto señala puntos como miles de jeringuillas con moho, malas condiciones de almacenamiento, demoras en la tramitación portuaria e irregularidades en la distribución de los productos cubanos.
De acuerdo a la Contraloría, el Sefar gastó los años 2008 y 2009 1,2 millones de bolívares (unos 280.000 dólares) en incinerar 566 toneladas de productos caducados.
Russián indicó que un porcentaje importante de esos medicamentos estuvo almacenado "por un promedio de dos años y no fueron distribuidos" mientras que otros fueron dejados a la intemperie cuando debían ser refrigerados, según el rotativo.
Entre los productos dañados se encontraron 27.000 jeringuillas con moho y no aptas para el uso humano, por haber estado almacenadas en un sitio no especificado con filtraciones en el techo.
Según la Contraloría, además de carecer de espacios adecuados para el resguardo y la conservación de medicamentos, los controles internos son deficientes y no permiten su salvaguarda, un correcto registro y oportuna distribución.
El informe también indica problemas en el cumplimiento de los acuerdos firmados con Cuba en 2005 por valor de 1.300 millones de bolívares (unos 678 dólares entonces), pues llegaron desde la isla medicamentos que no se correspondían con los requerimientos y otros en mayores cantidades de lo solicitado.
Otro de los errores detectados fue la recepción de productos cubanos a menos de nueves meses para su vencimiento cuando el margen exigido es de 18 meses, y el retraso en otros envíos.
Con relación a la salida de los fármacos de los puertos, el contralor señaló que el retraso en un promedio de cinco meses en la salida de lotes de medicamentos costó al país 2,8 millones de bolívares adicionales (unos 650.000 dólares).
En mayo del año pasado el Gobierno reestructuró el sistema de importación de alimentos tras un escándalo por la pérdida de miles de toneladas por permanecer almacenadas durante al menos un año en puertos nacionales, en un caso que el propio presidente Hugo Chávez describió como muy grave
La información se dio a conocer por un informe del Controlalor General Clodosbaldo Russián. El texto señala puntos como miles de jeringuillas con moho, malas condiciones de almacenamiento, demoras en la tramitación portuaria e irregularidades en la distribución de los productos cubanos.
De acuerdo a la Contraloría, el Sefar gastó los años 2008 y 2009 1,2 millones de bolívares (unos 280.000 dólares) en incinerar 566 toneladas de productos caducados.
Russián indicó que un porcentaje importante de esos medicamentos estuvo almacenado "por un promedio de dos años y no fueron distribuidos" mientras que otros fueron dejados a la intemperie cuando debían ser refrigerados, según el rotativo.
Entre los productos dañados se encontraron 27.000 jeringuillas con moho y no aptas para el uso humano, por haber estado almacenadas en un sitio no especificado con filtraciones en el techo.
Según la Contraloría, además de carecer de espacios adecuados para el resguardo y la conservación de medicamentos, los controles internos son deficientes y no permiten su salvaguarda, un correcto registro y oportuna distribución.
El informe también indica problemas en el cumplimiento de los acuerdos firmados con Cuba en 2005 por valor de 1.300 millones de bolívares (unos 678 dólares entonces), pues llegaron desde la isla medicamentos que no se correspondían con los requerimientos y otros en mayores cantidades de lo solicitado.
Otro de los errores detectados fue la recepción de productos cubanos a menos de nueves meses para su vencimiento cuando el margen exigido es de 18 meses, y el retraso en otros envíos.
Con relación a la salida de los fármacos de los puertos, el contralor señaló que el retraso en un promedio de cinco meses en la salida de lotes de medicamentos costó al país 2,8 millones de bolívares adicionales (unos 650.000 dólares).
En mayo del año pasado el Gobierno reestructuró el sistema de importación de alimentos tras un escándalo por la pérdida de miles de toneladas por permanecer almacenadas durante al menos un año en puertos nacionales, en un caso que el propio presidente Hugo Chávez describió como muy grave
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