Un cocodrilo, llamado Robocop por los veterinarios que intentaron salvar su vida, murió aquejado por una anorexia extrema, agudizada por una infección interna descubierta a posteriori, debido a la mala alimentación que tuvo por años en un parque público de Nicaragua.
Los esfuerzos de los veterinarios del Zoológico Nacional por salvar a este reptil de 35 años, han resultado infructuosos, refiere El Mundo en su portal de internet.
El animal fue bautizado como Robocop debido a los huesos que se le marcaban en la piel por falta de una nutrición acorde a su condición, y que le provocó un estado de anorexia aguda.
Cuando se le practicó la necropsia se encontró problemas en riñones y pulmones, además de una infección considerable en la parte interna de la mandíbula derecha.
El cocodrilo vivió por 35 años en un pequeño estanque situado en uno de los parques de la ciudad costera de Corinto.
Los veterinarios calculan que había pasado unos dos años sin recibir alimentación apropiada y sobrevivía de lo que le daban los visitantes.
Además de los trastornos alimenticios, también presentaba problemas anímicos: sus cuidadores subrayaron que el animal arribó con un amplio cuadro de estrés y depresión provocado por las personas que acudían a visitarle.
Los esfuerzos de los veterinarios del Zoológico Nacional por salvar a este reptil de 35 años, han resultado infructuosos, refiere El Mundo en su portal de internet.
El animal fue bautizado como Robocop debido a los huesos que se le marcaban en la piel por falta de una nutrición acorde a su condición, y que le provocó un estado de anorexia aguda.
Cuando se le practicó la necropsia se encontró problemas en riñones y pulmones, además de una infección considerable en la parte interna de la mandíbula derecha.
El cocodrilo vivió por 35 años en un pequeño estanque situado en uno de los parques de la ciudad costera de Corinto.
Los veterinarios calculan que había pasado unos dos años sin recibir alimentación apropiada y sobrevivía de lo que le daban los visitantes.
Además de los trastornos alimenticios, también presentaba problemas anímicos: sus cuidadores subrayaron que el animal arribó con un amplio cuadro de estrés y depresión provocado por las personas que acudían a visitarle.
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