La canciller alemana, Angela Merkel, quiere multiplicar por 400.000 en menos de diez años el número de automóviles eléctricos en circulación, aunque no a costa de subvenciones estatales.
El gobierno alemán espera que para el 2020 el número de vehículos eléctricos -que ahora representan entre 2.000 y 3.000 del parque móvil de 40 millones- se sitúe en torno al millón y en seis millones para el 2030.
Alemania debe convertirse "en uno de los primeros vendedores y uno de los primeros mercados mundiales para el coche eléctrico", dijo Merkel el lunes en una conferencia de prensa en Berlín.
Berlín espera doblar a 2.000 millones de euros en total las subvenciones a la investigación y al desarrollo del vehículo eléctrico, pero la canciller no quiere otorgar una prima que dope las ventas, una vía elegida por otros países como Francia.
"Una prima para la compra no es una buena respuesta" a uno de los principales obstáculos de los vehículos con batería: su precio prohibitivo, dijo.
El coche eléctrico i-Miev de Mitsubishi, uno de los primeros que se fabrica a gran escala, se vende a más de 30.000 euros, pese a que no se trata de un modelo de alto nivel.
No obstante, el gobierno alemán va a tratar de aliviar la factura de los futuros compradores mediante una ayuda indirecta.
Merkel anunció el lunes que todo vehículo que emita menos de 50 gramos/kilo, lo que excluye a los modelos de gasolina o gasoil, no tendrá que pagar la viñeta durante diez años.
La canciller también prometió revisar la fiscalidad a los vehículos de función, a los que se les aplica hasta ahora una tasa en función del precio de compra, lo que va en detrimento de los caros vehículos eléctricos.
También pretende despertar el apetito de los alemanes por las nuevas tecnologías automovilísticas mediante la posibilidad de que utilicen los carriles de bus, las plazas de aparcamiento y la recarga gratuita de las baterías.
Asimismo, el gobierno alemán promete que el 10% de las compras o alquiler de automóviles será de modelos eléctricos.
Merkel sin embargo, no ha cerrado totalmente la puerta a mayores esfuerzos públicos, asegurando que quiere "verificar cada año" el progreso de este programa de electromovilidad.
También reconoció que el auto eléctrico es objeto de una "competencia internacional" y que no "será simple" para Alemania imponerlo.
Más bien lenta en un principio, la poderosa industria automovilística alemana se lanzó a la carrera del auto eléctrico que será el tema dominante del salón de Fráncfort este año.
Los principales fabricantes del país prometen modelos completamente eléctricos en 2013.
Pero en Alemania, muchos son los que piden que se acelere la cadencia so pena de tener que hacer frente a la competencia asiática, o caer en la dependencia de fabricantes extranjeros.
"Las baterías deben fabricarse en Alemania para asegurar el empleo a lo largo de toda la cadena de producción", dijo el jueves la Federación Alemana de la Industria eléctrica y Electrotécnica.
Mientras que Daimler ha hecho una alianza con la empresa china BYD para lanzar un auto eléctrico en China, los expertos temen ya la pérdida de competencias tecnológicas preciosas.
"Tenemos que tener cuidado para que los conocimientos queden en Alemania", dijo Willi Diez, director del Instituto de Investigación del Mercado del Automóvil en Geislingen, al diario Handelsblatt.
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