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martes, 24 de mayo de 2011

La generación de los "indignados" expresa también su malestar en Portugal

Joao, Alexandre y Paula son jóvenes y precarios como muchos otros en Portugal. En marzo, esta "pandilla de amigos" dio voz a toda una generación de "indignados" que, a su llamada, bajó a la calle para expresar su descontento.

En una terraza del viejo barrio lisboeta de Alfama, "durante el transcurso de una conversación como tantas otras", estos jóvenes decidieron hacer un llamamiento en Facebook en favor de un "levantamiento espontáneo" que reunió el 12 de marzo a varios cientos de miles de personas en todo el país.

Numerosos jóvenes españoles que se manifiestan desde hace una semana en Madrid y en muchas otras ciudades españolas aseguran haber sido influidos por la movilización de los precarios portugueses.

"No creo que podamos congregar a tanta gente, aunque la precariedad afecte a muchos portugueses, no solamente a jóvenes y diplomados", reconoce Paula Gil, becaria en una ONG de cooperación para el desarrollo.

A sus 27 años, Paula nunca ha tenido un empleo estable. "Trabajo desde los 18 años, me he pagado los estudios, me fui a Inglaterra y a Luxemburgo para trabajar como teleoperadora, he trabajado gratuitamente sólo para ganar experiencia. Y aún hoy, cuando enfermo, no me pagan mi sueldo", explica.

"En Portugal, la mitad de la población activa está en el paro o en precario", resume Joao Labrincha, desempleado de 28 años, "extremadamente frustrado" de depender todavía de sus padres a sus 28 años.

"Solidarios" con el movimiento de protesta español, los animadores de la generación de los "indignados" participan cada noche, desde el viernes, en una "asamblea popular" que reúne a varias decenas de jóvenes en la plaza del Rossio, en pleno corazón lisboeta.

Como en la madrileña Puerta del Sol, desde inicios de la pasada semana se ha montado un pequeño campamento alrededor de una estatua cubierta por pancartas y banderolas: "La revolución está aquí y te necesita", "La vida no es el dinero, queremos un cambio", dicen algunas de ellas.

"Estamos en contacto con los manifestantes españoles para ver cómo podemos unir nuestros esfuerzos. Si luchamos todos juntos, seremos más fuertes y nuestra voz será más escuchada", asegura Paula.

Tras las manifestaciones de marzo, Joao, Paula y Alexandre, que se conocieron durante sus estudios de Relaciones Internacionales en la Universidad de Coimbra (centro), crearon el "Movimiento del 12 de marzo".

"Informal y sin jerarquías", este movimiento ciudadano pretende ser "una plataforma para aquellos que quieren reforzar nuestra democracia, un régimen joven y precario que sólo tiene 37 años", explica Joao, de cabello rapado y barba de tres días.

Después de lanzar una petición en favor de una ley contra la precariedad, interrogaron a los candidatos a las legislativas anticipadas del 5 de junio con el fin de publicar la posición de los diferentes partidos políticos sobre las cuestiones que inquietan a los jóvenes.

"Para mí, lo más importante es crear una opinión pública informada y consciente, que sepa luchar por sus derechos", afirma Paula.

Reafirmando su "independencia" política, los tres jóvenes se oponen al rescate financiero negociado este mes por el gobierno socialista dimisionario con la UE y el FMI.

"Sólo hace falta ver lo que ha ocurrido en Grecia y después en Irlanda para saber que las políticas de austeridad no harán sino agravar la situación económica", afirma Alexandre Carvalho, de 25 años.

"Si el plan fracasa, ¿a quién pedimos cuentas?, ¿a los representantes de la UE y del FMI que no han sido elegidos?, ¿al gobierno dimisionario que acudió a ellos?", se interroga este investigador en ciencias políticas.

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