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martes, 28 de junio de 2011

NACIONALES

Compañías públicas de petróleo, incluyendo Pdvsa, aceleran el paso frente a las multinacionales

(AFP) – Las compañías energéticas públicas ocupan un lugar cada vez más importante en la industria petrolera mundial convirtiéndose en objeto de deseo de las multinacionales preocupadas por asegurarse nuevos recursos y aumentar sus mercados.

Entre las 50 compañías de hidrocarburos más grandes del mundo por el tamaño de sus reservas, 28 están controladas totalmente por los Estados y representan cerca del 80% de las reservas totales, según la publicación de referencia Petroleum Economist.

Las compañías saudí, iraní y venezolana están a la cabeza de esta clasificación, mientras que la primera privada, la estadounidense ExxonMobil se sitúa en el 11º lugar de esta lista y la británica en el 15º.

Las grandes multinacionales están obligadas a asociarse a las compañías públicas de petróleo (NOC, por sus siglas en inglés) para acceder a las reservas que controlan en América Latina, los países del Golfo o Rusia.

Son socios imprescindibles que “dan sus frutos sobre todo con el tiempo”, señaló Bob Dudley, presidente de la británica BP con ocasión de una conferencia profesional celebrada la semana pasada en Londres, en la que se felicitó por la cooperación de su grupo en Irak con las compañías locales.

A su vez, las NOC se aprovechan de las innovaciones tecnológicas de las privadas para explorar y explotar sus yacimientos, pero compartiendo riesgos y costos, cada vez más elevados.

Así, la rusa Rosneft reconoció recientemente que tiene que aliarse a una multinacional para realizar prospecciones en el Ártico. Y algunos países del Golfo necesitan tecnologías occidentales para seguir explotando sus yacimientos envejecidos.

“Esta cooperación es vital para hacer frente a los desafíos técnicos”, señaló Sami al Rushaid, presidente de la compañía petrolera de Kuwait, en referencia a la colaboración de su grupo con la angloholandesa Shell.

El equilibrio es a veces complicado: “Tenemos que explicar que representamos los intereses de nuestro país” y no los de los accionistas privados, explicó al Rushaid, en la mencionada conferencia de Londres.

Sin contar con que los riesgos políticos suponen a veces una espada de Damocles, como lo demuestran las tumultuosas relaciones del gobierno venezolano de Hugo Chávez con las compañías extranjeras instaladas en Venezuela.

Chávez reforzó la presencia de su gobierno al frente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) después de la decisión de Estados Unidos de sancionar a la empresa pública.

Las revoluciones en el mundo árabe, en cambio, no parecen preocupar demasiado a las compañías occidentales con intereses en la región.

“Siempre hay un peligro, pero no debería afectar nuestras relaciones (con las NOC). Al contrario, ya que después de las revoluciones, hay nuevas necesidades”, indicó a la AFP Olivier Cleret de Langavant, vicepresidente encargado de la estrategia de Total.

Crecientemente, las NOC, que cuentan con considerables carteras de dólares, tratan de ir más allá de sus fronteras nacionales y desafiar a las multinacionales en su propio terreno. Es el caso de empresas públicas de grandes países consumidores como China, India o Brasil.

A finales de 2009, la atribución de siete campos petroleros en Irak recayó en empresas públicas o consorcios en los que participan: además de la malasia Petronas y la angoleña Sonangol, la china CNPC se llevó uno de los mayores campos junto con Total, seis meses después de haber ganado, en asociación con BP, el gigante yacimiento de Rumaila.

Gracias a sus inversiones crecientes, desde África a Oriente Medio, aupadas por el impresionante consumo de China, CNPC introdujo en Bolsa su rama PetroChina en Hong-Kong, Shanghai y Nueva York: representa ahora la segunda mayor capitalización mundial del sector, detrás de ExxonMobil y por delante de Shell.

Por Julien Girault