La alcaldesa del municipio Panamericano del estado Táchira, Mery Carmona, denunció este miércoles que ha venido recibiendo amenazas de muerte en su contra, por lo que alertó a las autoridades sobre esta “seria advertencia” que tiene trágicos precedentes en la entidad.
En rueda de prensa desde la Alcaldía, en Coloncito, advirtió que se trata de llamadas y mensajes de texto que han estado enviando tanto a su teléfono móvil como al de sus hijos; e incluso al del administrador del ente capitalino.
Tras mostrar los mensajes, que fueron enviados a través de la plataforma digital de Movilnet por Internet, recordó que el 12 de septiembre de 2009 fue asesinado el alcalde Lluvane Álvarez, luego de haber sido amenazado.
En presencia de sus hijos, todos mayores de edad, recordó que “como madre una prioriza la vida de sus hijos. No les voy a negar que he llorado. Quienes tienen hijos sabe cuánto nos duelen”.
Dijo, igualmente, que ante lo delicado del contenido de los mensajes “que contienen detalles personales”, y las amenazas en las cuales se indica que “Panamericano estará de luto nuevamente”, convocó a los medios para informar públicamente a la colectividad lo que está sucediendo.
Seguridad redoblada
Admitió estar “sumamente preocupada” y dijo que por esa razón sostuvo una reunión con el director de la Policía del estado Táchira, Alberto Berros, quien le aseguró que “la seguridad será redoblada en Panamericano”.
Reiteró que es “una mujer valiente y muero con las botas puestas. Pido a Dios y al Divino Niño que nos proteja. Pero voy a dar la cara porque tengo la conciencia limpia”.
“Sabemos que aquí ya mataron a un alcalde y con esto no se juega, pero confío mucho en Dios. Estas son cosas muy serias. La maldad siempre se devuelve, a los ojos de Dios”, agregó.
Consultada respecto a si estaría considerando la posibilidad de renunciar al cargo de alcaldesa, dijo que “no, porque no tengo ningún pecado. No hay motivos para abandonar al pueblo. No hay nada que me impida estar aquí, y no tengo por qué huir como si fuese una ladrona o hubiese hecho algo malo”.
“Lograron desestabilizar”
En cuanto a las personas que estarían enviando diariamente los mensajes, les pidió: “Que se pongan en mi lugar. No es algo bueno lo que están haciendo. (…) Si lo que quieren es que me vaya, que me saquen por medio de votos, de forma legal, no ejerciendo esta terrible presión amenazando con asesinar a mis hijos”.
“Llegué a la alcaldía no sé ni cómo; pero no tengo por qué salir como si fuera una ladrona. No lo haré. Me cuidaré más, tendré que dejar de salir de mi casa y no se podrá recibir y atender a la gente personalmente como hasta ahora, pero primero está la vida”, dijo.
Lamentó la primera autoridad municipal que se busque “desestabilizar” con este tipo de mensajes y llamadas; al tiempo que advirtió: “Ciertamente estamos trabajando mal así. Pues permanentemente está pensando uno en si lo van a asesinar, o peor aún a sus hijos. Lo que nos están haciendo no tiene nombre”.
Primeras acciones
Como parte de las medidas, la alcaldesa Mery Carmona se reunió con el director de Politáchira, quien según dijo, estaría incrementando la seguridad en el entorno de la burgomaestre. Sostuvo, igualmente, que el director de Política de la gobernación, Alexis Balza, fue notificado; y se estarían realizando los contactos para gestionar labores de inteligencia.
En las próximas horas se estará reuniendo con el representante en Táchira del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes), a fin de formalizar la denuncia que recién dio a conocer a los medios.
El acceso a la Alcaldía, anunció, por ahora estará restringido; los actos públicos que estaban en agenda cambiarán de fecha, y el nivel de seguridad será elevado.
Además, se tiene previsto alertar a las autoridades del Cicpc para que con urgencia inicien las investigaciones y labores de inteligencia respectiva.
Llamado al Ministro
Aprovechó los medios de comunicación la alcaldesa para hacer un llamado público al ministro del Poder Popular para Interior y Justicia, Tareck El Aissami, a fin de que éste tome cartas en el asunto por cuanto se trata de “un asunto de vida o muerte”.
