La cantidad de billetes emitidos en EE UU está disminuyendo rápidamente debido a la difusión universal de las tarjetas que progresivamente desplazan al dinero en efectivo.
Según el Departamento del Tesoro de EE. UU., la emisión de billetes de cinco dólares se redujo en 2010 hasta su volumen más bajo de los últimos 30 años, mientras que los de 10 dólares no fueron emitidos en general.
De acuerdo con un comunicado divulgado por The New York Times, cada vez más transacciones y compras se realizan por medio de transferencia bancaria o tarjetas de crédito. Por poner un ejemplo, el año pasado casi el 36% de los servicios de taxi fueron pagados con tarjeta, mientras que en algunos restaurantes ya cuelgan carteles donde pone que no se acepta dinero en efectivo.
En general, gracias a los avances tecnológicos, un billete de un dólar circula actualmente unos 40 meses de promedio, en comparación con los 18 meses de hace dos décadas, según estimaciones de la Reserva Federal. Los bancos envían periódicamente pilas de billetes viejos a la Reserva para que sean sustituidos por nuevos.
Sin embargo, a pesar de las estadísticas, los analistas afirman que el pago en metálico es un hábito tan arraigado para la mayoría de los estadounidenses que el dinero permanecerá en circulación al menos durante otros dos siglos.
Los billetes son la forma más conveniente de pagar a las niñeras, por ejemplo, o de dejar una propina al botones de un hotel. Además, según diversas estimaciones, la mayoría de las empresas pequeñas (del 33% al 50%) no tienen intención de prescindir de los pagos en efectivo y pasarse a las tarjetas.
En cuanto a los rusos, un 71% confiesa que se negaría a tener una tarjeta de crédito si recibieran tal propuesta del banco. Sólo el 15% de los encuestados expresaron su deseo de hacerse con una tarjeta, mientras que el 7% ya la tienen, según los datos de una encuesta realizada por la Agencia Nacional de Estudios Financieros en abril de 2011.
Los motivos más frecuentes para renunciar a una tarjeta de crédito son la falta de necesidad o un nivel suficiente de ingresos, así como las tasas de interés, que son demasiado altas, o el rechazo a los créditos en general tras haber tenido alguna experiencia negativa con este tipo de servicios bancarios.
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