A tres meses de la muerte de Amy Winehouse, la juez Suzanne Greenaway determinó que la cantante inglesa murió intoxicada luego de haber consumido “cinco veces la tasa de alcohol permitida para conducir en Reino Unido”, según publicó este miércoles E! Online Latino en su portal web.
El informe explica que tras las tres semanas de abstinencia que llevaba Winehouse al momento de morir, el 23 de julio pasado, el exceso de alcohol le resultó fatal.
“La consecuencia no deliberada de este nivel potencialmente fatal de alcohol en la sangre fue su repentina e inesperada muerte”, apunta la investigación que arrojó la responsable del caso, que califica el desenlace como “muerte accidental”, descartando la hipótesis del suicidio.
Conocida por sus constantes excesos con las drogas y el alcohol, Winehouse, de 27 años, estaba intentando controlar su adicciones.
Según la misma investigación, la cantante llevaba tres meses sin ingerir sustancias ilegales y poco menos de un mes sin beber ni una gota de alcohol. Es por ello que la alta cantidad que ingirió el día antes de ser encontrada muerta en su apartamento fue capaz de terminar con su vida.
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