(AFP) – El arresto de siete miembros de una comunidad Amish de Estados Unidos, en un extraño caso de corte de barbas y cabello, reveló acusaciones contra un líder de ese hermético grupo religioso por golpes, encierros en un gallinero y abusos sexuales de mujeres.
Samuel Mullet Sr., sus tres hijos, un yerno y dos seguidores de una comunidad Amish en Bergholz, Ohio (norte), “prepararon una serie de ataques contra otros Amish con los que había un conflicto de carácter religioso”, indicó el miércoles un comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Durante estos ataques, los acusados “tomaron a varios Amish y les cortaron la barba y el pelo con unas tijeras y máquinas eléctricas”, considerado un gran insulto para la identidad de estos protestantes americanos que rechazan el mundo moderno, dijeron las autoridades.
Los acusados son todos miembros de una comunidad dirigida con mano de hierro por Mullet, de 66 años. Mullet llegó con su familia a la localidad de Bergholz, Ohio, en 1995, y se convirtió en el líder espiritual del clan en 2003, suscitando en 2005 un cisma en la comunidad por excomulgar a varias familias.
Nada en la comunidad se decidía sin el consentimiento de Mullet, indicó la acusación, basada en el testimonio de una de las hijas y un yerno del expatriarca.
Según este documento, divulgado tras una exhaustiva investigación del FBI, Mullet imponía severos castigos a quienes se le oponían, como obligar a los miembros de la comunidad a dormir varios días en un gallinero o permitir que algunos miembros golpearan a quienes le hubieran desobedecido.
También abusó sexualmente de mujeres casadas pretendiendo exorcizarlas, de acuerdo con la acusación.
Al parecer, Mullet había decidido iniciar expediciones punitivas después de que su decisión de excomulgar a algunas familias de Bergholz fuera cuestionada en una reunión de líderes religiosos Amish.
Los siete acusados pueden ser recluidos a cadena perpetua si son condenados por discriminación religiosa.
Actualmente los Amish, descendientes de los protestantes que emigraron de Alemania, Suiza y Alsacia en el siglo XVIII, son unos 260.000, distribuidos en 28 estados y en la provincia canadiense de Ontario.
Los miembros de esta agrupación religiosa cristina de doctrina anabaptista, que viajan en carros, prohíben la televisión, la computadora y la electricidad, se hicieron famosos por la película de 1984 “Witness”, protagonizada por Harrison Ford.