(dpa) – La inmigración se convirtióen uno de los principales temas de controversia en el último debate republicano previo a las primarias del martes en Florida, con los máximos rivales, Mitt Romney y Newt Gingrich, lanzándose duras acusaciones que llevaron a algunos de los aspirantes a la defensiva.
“No soy antiinmigrante, mi padre nació en México”, acabó diciendo Romney la noche del jueves ante repetidos ataques de Gingrich.
El exgobernador de Massachusetts y el expresidente de la Cámara de Representantes no han parado de atacarse en los pasados días de intensa campaña en Florida, donde la diferencia que los separa en materia de votos es muy pequeña según la mayoría de las encuestas.
Todo ello cuando Florida se ha convertido en una de las citas republicanas clave, en vista de que ninguno de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana ha conseguido hasta la fecha hacerse con más de una victoria en las tres citas a las urnas que ha habido hasta ahora.
Si bien la inmigración no había encontrado un gran lugar hasta la fecha en los debates republicanos, en Florida, con un gran porcentaje hispano -pese a que la mayoría son cubanoestadounidenses y puertorriqueños, para los queeste tema no es tan prioritario por sus características políticas propias- se convirtió hoy en cuestión central e incluso abrió el debate moderado por la cadena CNN.
El tema está candente desde el último encuentro ante las cámaras de los aspirantes republicanos, el lunes, cuando Romney lanzó una propuesta de “auto-deportación” para indocumentados que provocó desde entonces repetidos ataques de su máximo contendiente, Gingrich, que lo ha calificado de “fantasía”.
Preguntado hoy una vez más si mantenía la afirmación que hizo en pasados días de que Romney era el aspirante republicano “más antiinmigrante” de todos los rivales, el expresidente de la Cámara de Representantes y gran sorpresa de los rivales republicanos respondió con un “sí” rotundo.
Un cada vez más iracundo Romney calificó esa afirmación de “inexcusable y repulsiva”. Sacó a relucir el origen de nacimiento de su padre, México, donde aún queda parte de su familia mormona, con la que sin embargo no parece tener muchos contactos.
La afirmación de que no es antiinmigrante porque su padre nació al otro lado de la frontera despertó de inmediato el frenesí mediático. Más aún cuando apenas la víspera, en entrevista con la cadena hispana Univisión en Florida,había reconocido que sería “ingenuo” tratar de ganar votos con el pasado de su progenitor ya que ello no le hizo mantener lazos con ese país.
“Sería ingenuo, porque mi padre nació en México pero era hijo de ciudadanos estadounidenses”, respondió Romney a una pregunta al respecto de Univisión, que emitirá toda la entrevista el próximo domingo. “No creo que la gente me creyera si dijera que soy mexicano-americano”, bromeó.
Sin embargo, en la noche del jueves la frase fue utilizada en un intento de defenderse de los ataques, que no dejaron de arreciar pese a que Romney precisó su teoría de la “auto-deportación” afirmando que se trata de una forma de desalentar a indocumentados,haciéndoles tan imposible el trabajar en Estados Unidos que acabarían abandonando el país.