Desde 1961 se conmemora en Venezuela el Día Mundial del Teatro; sin embargo, fue durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez, que se decretó la celebración oficial de este día con la firma de una resolución el 13 de junio de 1978.
Desde entonces, cada 27 de marzo honramos la profesión sobre las tablas que indudablemente se ha adueñado, con el paso del tiempo, de un espacio importante en el marco del entretenimiento y la cultura en nuestro país. Hoy, el teatro es tan importante en la vida de los venezolanos, que se ubica como trendig topic o temas del momento, de twitter.
El teatro venezolano ha traspasado las fronteras con obras de reconocidos dramaturgos como Rodolfo Santana, José Ignacio Cabrujas, Edilio Peña, Isaac Chocrón, Román Chalbaud, Mariela Romero y Ricardo Acosta que han sido representadas en el exterior. El grupo teatral “Rajatabla” tiene un lugar no solo en el panorama cultural nacional, sino que su talento es ya conocido a nivel internacional.
Este año, el estadounidense John Malkovich fue escogido por el Instituto Internacional de Teatro de la Unesco (ITI), para dirigirse al gremio artístico en todo el mundo. Esta fueron sus palabras para celebrar el Día Mundial del Teatro 2012:
“El Instituto Internacional del Teatro-ITI de la UNESCO me ha honrado con su petición de realizar este mensaje en la conmemoración del 50 aniversario del Día Mundial del Teatro. Voy a dirigir estas breves consideraciones a mis compañeros del teatro, mis pares y camaradas. Que su trabajo sea convincente y original. Que sea profundo, conmovedor, reflexivo y único. Que nos ayude a reflejar la cuestión de lo que significa ser humano y que dicho reflejo sea guiado por el corazón, la sinceridad, el candor y la gracia. Que superen la adversidad, la censura, la pobreza y el nihilismo, algo a lo que, ciertamente, muchos de ustedes estarán obligados a afrontar. Que sean bendecidos con el talento y el rigor necesarios para enseñarles cómo late el corazón humano en toda su complejidad, así como con la humildad y curiosidad necesarias para hacer de ello la obra de su vida. Y que sea lo mejor de ustedes – ya que será lo mejor de ustedes, y aun así, se dará sólo en los momentos más singulares y breves – lo que consiga enmarcar esa que es la pregunta más básica de todas: “¿Cómo vivimos?” ¡Buena Suerte!”.