Las únicas alternativas para que los hombres turcos se salven del servicio militar obligatorio son: estar enfermos, tener alguna discapacidad o ser homosexuales.
En Turquía, ser homosexual es considerado una enfermedad, y los hombres deben demostrarle al ejército que lo son.
“Me preguntaron cuándo tuve mi primera relación anal y de sexo oral, con qué clase de juguetes jugaba cuando era niño, si me gustaba el fútbol y me ponía ropa de mujer”, dijo Ahmet, un joven de 20 años a quien los militares no le creían que era gay.
Ahmet, de barba crecida y rasgos masculinos, fue conminado a ponerse ropa de mujer por los militares. Él se negó. Le exigieron una prueba. “Les hice otra oferta que aceptaron”. Les mostró una foto en la que aparece besando a un hombre.
La humillación a la que deben someterse los hombres homosexuales delante del ejército es objeto de controversia en el mundo occidental. Por eso la BBC desarrolla este martes un extenso trabajo en el que hablan quienes han sido víctimas de discriminación en un país que tiene un pie en europa y el resto del cuerpo en el mundo musulmán.
Con información de BBC