Cuando Julia Kozerski se casó en 2009 enfrentó uno de sus mayores temores. La mujer natural de Milwaukee (Wisconsin) no se tomaba fotos en 10 años por rechazo a su apariencia, pero el día de su matrimonio se vio bombardeada por los flashes de las cámaras. En ese entonces, Julia pesaba poco más de 153 kilos.
“Yo no me había tomado una fotografía en 10 años. (…) Era una vergüenza que alguien tuviera esa foto. Esto te atormenta”, dijo al tiempo de añadir que no veía felicidad en su rostro por su boda en las imágenes sino “a alguien con miedo de la cámara. Esa no era yo”.
Poco después de enfrentarse a las fotografías de su matrimonio, Kozerski se dijo “estoy harta de estar triste” e inició su misión de bajar de peso. En un blog reportaba sus avances y empezó a fotografiarse gradualmente. Además, usó un contador de calorías en línea gratuito para confirmar que descendía su mapa corporal.
“Esta es una historia con la que las personas se identifican y de la que hablan. Estaba siendo lo más honesta que podía. Se volvió menos acerca de mi experiencia y más de una historia mayor", contó a CNN.
Las fotos impresionaron a la gente porque relataban sus momentos difíciles, de angustia, desesperanza y llanto. “Es una lucha interna todo esto. Estaba embotellada. No podía expresarme, ni siquiera a través de las fotos”, agregó.
Sin embargo, su esfuerzo rindió frutos y llegó a un momento en que perdió 72 kilos, el peso de una persona adulta, y ha mantenido su línea durante todo un año.
“Yo sólo tengo 27 años, soy esposa y estudiante universitaria de tiempo completo. Me di cuenta de que no estaba contenta conmigo misma ni con mi salud y decidí hacer cambios sencillos en mi estilo de vida comiendo mejor y moviéndome más”, añadió.
“Antes yo estaba horrorizada por las imperfecciones, ahora veo las imperfecciones como cicatrices de mi batalla. Estoy orgullosa de lo que he vivido y lo que he hecho”, finalizó.
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