Puede resultar extraño, pero en Japón, la presencia de animales en un apartamento no siempre es fácil, o simplemente no está permitida. A esto se suma el ajetreado ritmo de vida y las largas horas de trabajo que realizan muchos ciudadanos.
Los clientes acuden posiblemente a estos sitios en busca de recortar la brecha emocional de no tener una mascota en casa.
Estos sitios tienen sus propias reglas de higiene y de comportamiento, para evitar que los felinos se conviertan en mascotas estresadas debido a la gran afluencia de visitantes.
Los Cat cafe, cada vez más populares en Tokio, siempre tienen a disposición a estos peludos compañeros ronroneando y arañando rascadores plácidamente.
AFP