Los sirios han enfrentado una escasez de suministro de combustible por meses ya que las sanciones occidentales llevaron a la mayoría de las petroleras europeas a detener el comercio con el país.
Las sanciones contra el Gobierno del presidente Bashar al-Assad responden a la sangrienta represión de una revuelta que, según Naciones Unidas, ha costado más de 9.000 vidas