"Ratko Mladic nos desgarró el corazón. Pero Dios ve todo y sólo confío en su justicia", dijo Fátima Mujic, que perdió a todos los hombres de su familia en Srebrenica, asesinados por los soldados del exgeneral serbobosnio cuyo juicio se inició el miércoles en La Haya.
Sus tres hijos, su marido, sus dos hermanos y su padres fueron asesinados en Srebrenica después de que esta ciudad de la parte oriental de Bosnia fuera ocupada por las fuerzas serbias, unos meses antes del fin de la guerra (1992- 1995).
En esta matanza, considerada un genocidio por la justicia internacional y por la cual Ratko Mladic debe rendir cuentas, 8.000 hombres y adolescentes musulmanes fueron asesinados en sólo algunos días.
"Ya no tengo a nadie", dijo Fátima Mujic, de 63 años, con los ojos anegados en lágrimas, delante de un televisor que transmitía el comienzo del juicio del ex jefe militar de los serbios de Bosnia, ante el Tribunal penal internacional para la ex Yugoslavia (TPIY).
Varias mujeres cuyos esposos e hijos murieron en Srebrenica y Vlasenica, otra ciudad de Bosnia oriental, se han reunido para ver la retransmisión del juicio en los locales de su asociación en Sarajevo.
Sentadas en torno a una mesa, miran en silencio, suspiran o enjugan una lágrima. Cuando Mladic aparece en la pantalla sus rostros se crispan.
"Que Dios le reserve lo peor. Que se descomponga durante largo tiempo y que los gusanos le devoren el cuerpo mientras esté aún con vida", murmura Ramiza Gurdic, de 59 años, cuyos hijos de 18 y 19 años, así como su esposo y unos treinta miembros de su familia fueron asesinados en Srebrenica.
"Hay que juzgarlo rápidamente. Todas las pruebas están allí", exclama Sabaheta Fejzic, que perdió a su hijo adolescente y a su esposo.
Al igual que varios centenares de personas, Fátima acudió este miércoles ante la base militar de la ONU en Potocari, cerca de Srebrenica, una llanura transformada en memorial donde reposan ahora 5.137 víctimas encontradas en fosas comunes e identificadas.
El 11 de julio de 1995, dos hijos de Fátima Mujic habían huido de Srebrenica, poco antes de la llegada de las tropas serbias, pero fueron detenidos en el bosque y ejecutados.
"Separaron a los hombres de las mujeres, primero mi esposo, y después vinieron para llevarse a mi hijo Nufik. Pelée con cinco soldados serbios para protegerlo pero me desmayé", recuerda la mujer.
Los restos de dos de los hijos de Ramiza Gurdic y de su marido fueron encontrados y sepultados en Potocari, el último de ellos en 2010.
"Sólo encontraron la mitad del esqueleto del más pequeño, Mehrudin. Ahora todo terminó. Gracias a Dios, los encontré", dijo Ramiza.
Los hijos de Hiba Sahbegovic, Nedzad y Kemal, tenían 26 y 28 años cuando comenzó la guerra y los miembros de las fuerzas serbias llegaron para llevárselos de su domicilio en Vlasenica.
"Corrí detrás de los soldados que los llevaban al campo de detención en Vlasenica. Les supliqué que los liberaran. Fue ese 31 de mayo de 1992 cuando los vi por última vez", relató esta mujer de unos sesenta años.
Del total de 1.700 habitantes musulmanes de Vlasenica que murieron en esa campaña de "limpieza étnica", unos 600 siguen aún desaparecidos, según cifras oficiales.
"Ninguna condena podrá aliviar mi pena. Cada mañana cuando me despierto, hablo con mis hijos. Después le pido a Dios que me lleve también", suspira Hiba llorosa.
AFP