El banquero Allen Stanford fue condenado por la justicia estadounidense a 110 años de prisión, por una millonaria estafa que ronda sobre los $7.000 millones de dólares, afectando a cerca de 30.000 clientes de todo el mundo, contra quienes cometió 13 delitos financieros diferentes.
El titular del Stanford International Bank Limited (SIB), aplicaba un esquema de estafa desde hace dos décadas, a través de certificados de depósito (CDT), emitidos por la entidad bancaria de Antigua y Barbuda, sobre los que prometía grandes rendimientos.
Durante la audiencia de acusación, en Houston (Texas), Stanford, quien se salvó de una pena máxima de 230 años, dijo que él jamás tuvo la intención de estafar a nadie y que EE.UU. arruinó su negoció.
En la audiencia del mes de marzo, en la que Stanford fue declarado culpable, James M. Davis, testigo del caso, declaró que el sistema era un fraude y que además se sobornaban a las autoridades de Antigua y Barbuda.
Por su parte, Clayton Gerber, otro de los testigos clave, afirmó que en las 29 cuentas que Stanford tiene en el extranjero hay fondos de los clientes del banco.
Las autoridades estadounidenses encontraron $330 millones de dólares de los clientes del Stanford Bank, en cuentas internacionales del ex banquero, que le sirvieron para comprar propiedades y dar un exuberante nivel de vida a su amante.
EE.UU. decomisará las cuentas de Standford y a través de un programa de recuperación de fondos tratará de devolver el dinero a todas las víctimas, pero no hay garantía de que se recupere totalmente.
Por su parte, las víctimas del Stanford Bank en Latinoamérica, han emitido varias demandas contra los intermediarios que ayudaron a Allan Standford a cometer el fraude, ya que esta región depositó más de $3.016 millones de dólares, el 60,03% del monto total de la estafa.
Según informes de la empresa de Liquidadores de Antigua, Venezuela, fue el principal inversor del SIB, con un total de $1.511 millones de dólares, seguidos de El Salvador con $500 millones de dólares; Perú depositó $120 millones de dólares, Colombia $110 millones de dólares y Ecuador 64 millones de dólares.