¡Qué difícil debió ser Ringo Starr! Es decir, eras uno de los Beatles pero tenías adelante tuyo a un gran compositor en potencia como George Harrison, y liderando al tándem Lennon-McCartney. Por ello no debe sorprender que la primera composición de Richard Starkley haya demorado cuatro largos años en llegar a un álbum de la banda.
Antes de publicarse Don’t Pass Me By en el White Album, Ringo había contribuido para los títulos de A Hard Day’s Night y Tomorrow Never Knows, además de la parte musical de Flying y What Goes On.
Durante una entrevista para una radio de Nueva Zelanda en 1964, el buen Ringo urgía a sus compañeros a “cantar la canción que él había escrito”. Paul respondió: “Ringo ha escrito una canción llamada Don’t Pass Me By. Una bella melodía, su primera aventura escribiendo canciones”. Luego de que John y Paul cantaron apenas un verso, le preguntaron a Ringo si es que planeaban grabarla, diplomáticamente respondió que no, pero que intentaba incluirla cada vez que grababan un disco.
McCartney fue lapidario: “Lamentablemente nunca hay suficiente tiempo para encajar una canción de Ringo en uno de nuestro álbumes”. Así pasaron cuatro años, cuando recién fue grabada el 5 de junio de 1968 en Abbey Road para el White Album.
Años después, los Rutles (grupo que parodia a los Beatles con gran maestría) grabó dos canciones inspirados en Don’t Pass Me By: Easy Listening y Living in Hope.
La página de humor College Humor se dio el gusto también de parodiar la situación de Ringo.