La economía de Estados Unidos creó en julio la mayor cantidad de empleos en cinco meses, pero un ligero aumento en la tasa de desempleo mantendría vivas las expectativas de un nuevo estímulo monetario por parte de la Reserva Federal.
El Gobierno dijo el viernes que en julio se abrieron 163.000 empleos, por encima de los 100.000 que esperaban los economistas consultados por Reuters y de los 64.000 creados en junio, de acuerdo con cifras revisadas.
Sin embargo, la tasa de desempleo subió a un 8,3 por ciento, cuando los analistas esperaban que permaneciera estable respecto de junio en un 8,2 por ciento. El alza se produjo además pese a que aumentó la cantidad de personas que dejó de buscar trabajo.
Además, las cifras de creación de empleos de mayo y junio fueron revisadas para mostrar que se abrieron 6.000 puestos menos que lo estimado inicialmente.
Este informe, muy seguido por los mercados por su capacidad para pintar un panorama claro sobre el verdadero estado de la economía, se conoce dos días después de que la Fed sostuviera que podría lanzar nuevos estímulos si la recuperación no gana velocidad.
"Incluso con el número mejor al esperado en las nóminas, no es suficiente para cambiar el cuadro general. La economía no está a un ritmo satisfactorio para bajar el desempleo", dijo Stephen Stanley, economista jefe de Pierpont Securities en Stamford Connecticut.
El mercado laboral se desaceleró de forma pronunciada tras haber marchado a paso firme entre diciembre y enero pasados. Esto representa un dolor de cabeza para el presidente Barack Obama, que busca ser reelecto en las elecciones de noviembre.
La tasa de desempleo permanece por sobre el 8 por ciento desde hace más de tres años, lo que representa la racha más prolongada desde la Gran Depresión.
El temor a que se produzcan recortes automáticos del gasto público y alzas de impuesto a inicios del 2013, sumado a la crisis europea, hace que los empleadores sean renuentes a contratar trabajadores, afirman los economistas.
Cifras conocidas la semana pasada mostraron que la economía creció a un ritmo anual del 1,5 por ciento en el segundo trimestre, mucho menos que la tasa de 2,5 por ciento considerada necesaria para que la tasa de desempleo se mantenga estable.
El sector privado representó nuevamente todas las aperturas de empleo, al sumar 172.000 posiciones en julio.
En contraste, las nóminas del Gobierno se redujeron en 9.000, producto del despido de maestros a nivel de los municipios.
La construcción cerró 1.000 empleos, pese a un incremento en la edificación de casas. En tanto, el sector manufacturero abrió 25.000 plazas, resultado mayormente de menos despidos en la industria automotriz.
Dentro del amplio sector servicios, se abrieron 14.100 empleos de asistencia temporaria, en un reflejo de la incertidumbre sobre el panorama, que lleva a los empleadores a contratar de manera transitoria en vez de permanente.
Las ganancias promedio por hora trabajada aumentaron 2 centavos, sugiriendo que el gasto del consumidor tendrá dificultades para recuperar fuerza tras haberse desacelerado fuertemente en el segundo trimestre.