A punto de cumplir el primer año de su segundo mandato, la presidenta argentina, Cristina Fernández, acusa un intenso desgaste en las encuestas y afronta el próximo jueves una movilización, la segunda en dos meses, convocada a través de las redes sociales contra la política de su Gobierno.
La convocatoria, bautizada como "8N", comenzó con una expresión del malestar social por medidas impopulares del Gobierno después de otro "cacerolazo" masivo que sacudió el país el pasado 13 de septiembre, también convocado a través de internet.
La inseguridad, el llamado "cepo" al dólar, como se conocen popularmente las restricciones cambiarias impuestas por el Gobierno, y la posible reforma constitucional que abriría la puerta a un tercer mandato de Fernández, son algunos de los motivos que impulsan la protesta.
La iniciativa se ha politizado progresivamente y partidarios y detractores han iniciado una "guerra de afiches" en internet mientras aumentan las voces de los dirigentes de la oposición que se suman a la movilización, como el alcalde de la capital, el conservador Mauricio Macri.
"El 8N nos representa como argentinos y como hombres libres que queremos vivir mejor, con respeto, con tolerancia y poniendo la energía en construir y no en agredir", dijo Macri el sábado durante un acto en la provincia de Buenos Aires.
Desde el Gobierno se intenta minimizar el impacto y se invita a los líderes de la oposición a revelar sus programas y competir en las elecciones.
"Sería bueno que ya que se sienten tan representados por la convocatoria, Macri y otros dirigentes se pongan al frente y se presenten a elecciones, que es la manera que en democracia se elige a quien gobierna", dijo hoy el ministro de Planificación, Julio De Vido, en respuesta a los comentarios del alcalde de la capital.
Entretanto, la presidenta afronta la semana con una intensa agenda de actos que incluye tres videoconferencias, anuncios e inauguraciones.
Tras el contundente 54 por ciento que obtuvo en las elecciones del pasado año, Cristina Fernández acusa un intenso desgaste según las últimas encuestas.
Seis de cada diez argentinos desaprueba su gestión y más del 80 por ciento se opone a una eventual nueva reelección, de acuerdo con una encuesta de Management & Fit publicada hoy por medios locales.
Además, un sondeo de Poliarquía divulgado esta semana reveló que un 40 por ciento de los consultados cree que la jefa de Estado está perdiendo el control del Gobierno, mientras que un 20 por ciento está convencido de que ya lo ha perdido.
Entre las razones del desgaste, el analista Patricio Giusto, de la consultora Diagnóstico Político, mencionó a Efe "un déficit de gestión, con improvisación y decisiones radicalizadas, como la expropiación de YPF, y el cepo del dólar, lo que genera una división con la clase media, un sector que en parte apoyó a Cristina hace un año en las elecciones".
Por su parte, parte el analista de Polilat Jorge Arias, Fernández actuó tras su triunfo electoral "como si tuviera todo el poder sin control y la sociedad reaccionó con temor a ese exceso de poder".
EFE