¿Cómo detectar la ludopatía?
Aunque la ludopatía es más común en hombres que en mujeres, ya que en estas suele presentarse entre los 40 y 50 años de edad, lo cierto es que en la actualidad los casos de ludopatía empiezan a afectar a cualquier tipo de persona, sin discriminar edad, sexo, condición social, cultura o economía.
Así lo sostuvo la licenciada Liliana Díaz Díaz, psicóloga del hospital Sisol de Magdalena, quien remarcó que los hombres suelen presentar este trastorno en la adolescencia, pues es una etapa de vulnerabilidad en la que es común la presión de un grupo.
La ludopatía es un trastorno de la personalidad que impide controlar nuestros impulsos, y que se manifiesta en la práctica compulsiva de uno o más juegos de azar, pudiendo afectar la vida diaria de la persona, así como de su familia y su entorno más cercano.
“Su familia, su alimentación o incluso el sexo pasan a ser algo totalmente secundario, por ello no se debe confundir la ludopatía como un vicio, ya que en estos casos nos encontramos ante una grave enfermedad crónica, una adicción”, dijo Díaz Díaz.
La especialista dijo que para que una persona sea diagnosticada como ludópata debería cumplir al menos cinco síntomas: “obtener dinero a través del robo, pérdida del trabajo o relación afectiva, así como estudios debido al juego, carácter irritable e inquieto cuando no está jugando, jugar para escapar de problemas emocionales, y apostar cada vez más para recuperar pérdidas”.
Dijo también que los tipos de apuesta más habituales en los casos de ludopatía son las máquinas tragamonedas, bingos, juegos de cartas, loterías rápidas, apuestas por internet, apuestas deportivas convencionales, casinos online y en vivo, y el billar.
Señaló que para tratar el juego patológico propio de esta enfermedad existen tratamientos como la consejería, los grupos de autoayuda y la medicación psiquiátrica. Además, a través de la terapia cognitivo conductual se puede reducir los síntomas y urgencias relacionadas con el juego.
Finalmente, aconsejó incidir mucho en la prevención a través de los padres, prestando atención a la conducta de sus hijos adolescentes, sobre todo si presentan ansiedad, desinterés en las cosas que le solían gustar e irritabilidad.