Sahli es una muestra de que los fotógrafos y diseñadores han preferido la diversidad cultural del mundo árabe. Esta modelo ha logrado contratos con firmas como Marc Jacobs, Kenzo o Vera Wang y ella misma atribuye la demanda de rostros como el suyo a la necesidad de renovación de la industria, según una entrevista que otorgó a la BBC.
“En moda, todo lo que es nuevo, es bueno”, explicó.
Todo indica que esto puede ser el inicio de una era en el modelaje donde se impongan en el mercado de Asia y Oriente Medio las mujeres con rasgos árabes.
El rostro de porcelana, el color de piel y su mirada intensa, de seguro las colocará en lo más alto de la pasarela.
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