El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, en el poder desde 1980, cumplió hoy 89 años, y consideró que su permanencia al frente del país africano es un "deber divino".
En declaraciones publicadas hoy por el diario estatal The Herald, Mugabe aseguró: "Ésta es la tarea que el Señor me ha encomendado entre mi gente y cargo con eso, un deber divino".
Con un aspecto cada vez más deteriorado, el mandatario zimbabuense también lamentó seguir con vida, mientras que muchos de sus allegados han fallecido.
"El Señor ha querido que continúe. ¿Por qué todos mis amigos y familiares se fueron y yo persisto? No es mi elección. Es Su elección. Una dolorosa elección", añadió Mugabe.
Asimismo, el jefe de Estado indicó: "El Señor ha querido que seamos zimbabuense en nuestro propio país con derechos de propiedad sobre nuestros propios recursos, con capacidad de defender esos derechos de quienes quieren limitarlos".
Mugabe se refirió así a la polémica política de "indigenización" iniciada hace más de una década y que ha supuesto la práctica expropiación de tierras y empresas, incluidas minas, que hasta entonces estaban en las manos de blancos.
El presidente zimbabuense hizo estos comentarios durante una fiesta en el Palacio Presidencial, donde los miembros del Gobierno le hicieron entrega de varios regalos, como las 89 cabezas de ganado (una por año cumplido) de parte del jefe del Banco Central de Zimbabue, Gideon Gono.
En los días precedentes al cumpleaños presidencial, Zimbabue no ha registrado el mismo entusiasmo que en años anteriores, cuando la radio emitía canciones de cumpleaños varios días antes de la efeméride, y muchos creen que será su última celebración.
El mes pasado, una fotografía mostró a Mugabe junto a su mujer, Grace, en una recién inaugurada escuela en el norte de Harare.
En septiembre de 2011, un cable filtrado por WikiLeaks publicado en la prensa zimbabuense desveló que Mugabe sufría un cáncer y podría morir para 2013.
La transcripción del documento reveló una conversación que mantuvieron en 2008 el gobernador del Banco Central de Zimbabue, Gideon Gono, y el entonces embajador estadounidense en Harare, James McGee, en la que Gono afirmaba la enfermedad y que Mugabe contaba con cinco años más de vida.
Sin embargo, el máximo mandatario zimbabuense está resuelto a disputar la presidencia con el actual primer ministro en un Gobierno de unidad nacional, Morgan Tsvangirai, líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), en unos comicios sin fecha fija, pero que se esperan celebrar el próximo mes de julio.
Una encuesta publicada ayer concedió al partido de Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), un 33 por ciento de los sufragios, por el 32 del MDC.
Está previsto que la fiesta oficial de cumpleaños de Mugabe se celebre el próximo 2 de marzo en la ciudad de Bindura (noreste del país), una celebración para la que las juventudes de la ZANU-PF esperan recaudar 700.000 dólares (unos 528.000 euros).
Sin embargo, para el analista político Pedzisai Ruhanya "no hay nada que celebrar", ya que Mugabe "ha destrozado el futuro del país".
El MDC de Tsvangirai ha compartido el poder -en un gobierno de unidad nacional- con la ZANU-PF de Mugabe desde hace casi cuatro años.
Tras las violentas elecciones de 2008, en las que murieron unos 200 seguidores del MDC, ambos partidos acordaron firmar un tratado para la formación de un gobierno de coalición.
Mugabe gobernó el país en solitario y de forma autoritaria desde la independencia del Reino Unido, en 1980, hasta la creación del citado Gobierno de coalición en 2009.
Pero pese al pacto de Gobierno, Mugabe y la ZANU-PF han mantenido el control de las Fuerzas Armadas, la policía, el aparato judicial del país y los medios de comunicación públicos.
EFE