El laborioso empate 1-1 que la selección de Argentina sacó el martes de los 3.600 metros de altitud de La Paz exigió altas dosis de esfuerzo a los jugadores de Alejandro Sabella y llevó a Lionel Messi a vomitar durante el intervalo y a Ángel Di María a recibir oxígeno mientras era paseado en una camilla.
Messi, que en las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica sufrió con sus compañeros un duro golpe al perder por 6-1 en su visita a La Paz, en el 2009, ayer ratificó de nuevo que el estadio Hernando Siles no es el mejor escenario para sus exhibiciones de gala.
La prensa deportiva de Argentina y Bolivia coincide hoy en destacar que el considerado por muchos mejor futbolista de la actualidad vomitó en el vestuario durante el descanso a causa del malestar provocado por la falta de oxígeno en este nivel de altitud.
Durante el encuentro que abrió la jornada a Messi se le vio cansado, con paso cansino y a menudo doblándose para recobrar fuerzas, pese a que sobre el final pudo marcar, de no haber sido por el cierre preciso del guardameta Sergio Galarza.
Con el sufrido empate, Argentina se consolidó como líder de las eliminatorias y quedó más cerca de la clasificación anticipada al Mundial de Brasil.
Pero el astro del Barcelona partió de Bolivia con una asignatura pendiente para alcanzar un pleno goleador ante todas las selecciones sudamericanas: marcar el primer gol de su carrera a La Verde.
'La Pulga', que antes de llegar a La Paz ya había advertido de la complicación que plantea jugar en el Siles, se quejó ayer, al final del partido de la duodécima jornada de las eliminatorias sudamericanas, de lo difícil que es jugar en la altitud paceña, y afirmó que "cuesta mucho más" recuperarse de este tipo de partidos.
Pero el capitán de la Albiceleste no fue el único que sufrió los rigores de la altitud en un partido que salvó Éver Banega con su gol sobre el final del primer tiempo.
El mediapunta del Real Madrid Ángel Di María necesitó de ayuda en varios tramos del encuentro para mitigar la falta de aire. Inquietantes son las imágenes que lo muestran en una camilla mientras se auxilia con una máscara de oxígeno.
A pesar de la exigencia física, 'el Fideo' no solo sorprendió a sus compañeros, sino a los bolivianos con sus veloces carreras.
Otros jugadores de la Albiceleste, como Javier Mascherano, también tuvieron que buscar las pequeñas botellas de oxígeno para recuperar el aliento en la cancha.
El periodista boliviano Alfonso 'Toto' Arévalo recordó en diálogo con Efe que a Messi no le viene bien jugar con Bolivia, y recordó además sus discretas aportaciones en los partidos que Bolivia empató dos veces con idéntico 1-1 en Argentina en los últimos años en la última Copa América y en estas eliminatorias del Mundial.
"En contraste, Di María ha sido un jugador pleno en lo físico y en la velocidad, en ritmo. A unos (la altitud) les afecta más, a unos no les afecta nada. Unos sienten menor presión, unos responden con mayor capacidad y otros, no", sostuvo Arévalo.
Quizá el jugador argentino que menos sufrió ayer en La Paz fue el el defensa José Basanta, gracias a que está acostumbrado a jugar en la altitud de México.
El periodista Juan Carlos Costas cree que el llamado mito de la altitud "es relativo" y tiene que ver "con cada organismo", ya que en el caso específico de Di María, probablemente "corrió más que los propios jugadores bolivianos".
Tras el partido, la otra constatación es que La Paz ya no es una plaza que asegure un triunfo a la selección boliviana que en casa le ganó solo a Paraguay y Uruguay, perdió ante Colombia y Chile y cedió empates ante Perú y Argentina.EFE