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viernes, 7 de junio de 2013

El primer ministro Erdogan regresó a Turquía y movilizó a sus partidarios

El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan movilizó a miles de sus partidarios el viernes y lanzó una contraofensiva política para frenar el movimiento de protesta que sacude a Turquía desde hace una semana, corriendo el riesgo de provocar una escalada de violencia. 

 El primer ministro Erdogan regresó a Turquía y movilizó a sus partidarios Frente a las protestas en las calles de Estambul, Ankara y otras grandes ciudades, que cuestionan su poder y denuncian la islamización de la sociedad, Erdogan transformó su regreso a Turquía, al cabo de un viaje de tres días por el Magreb, en una demostración de fuerzas. 

"Hago un llamado al cese inmediato de las manifestaciones, que han perdido su carácter democrático y se han vuelto vandalismo", dijo ante una multitud de miles de sus seguidores que fueron a recibirlo al aeropuerto Ataturk, en Estambul. 

"Las manifestaciones perdieron el carácter democrático y viraron al vandalismo", dijo Erdogan antes sus partidarios que agitaban banderas turcas y gritaban "estamos dispuestos a morir por tí Tayyip". 

"Nos pidieron retirar a la policía ¿Y qué más? No se trata de un territorio de nadie", dijo Erdogan que reivindica un amplio apoyo popular. 

No soy sólo "el primer ministro del 50%" de los turcos, sino que siempre he estado "al servicio de los 76 millones" de ciudadanos turcos, sin hacer discriminaciones, afirmó Erdogan que debía pronunciar un discurso a las 11H30 GMT en un hotel de Estambul. 

Esta primera movilización de los seguidores del primer ministro representa un giro en la gestión de la crisis política por parte de Erdogan. 

Aunque no se trató de un enfrentamiento directo y Erdogan elogió la responsabilidad de sus seguidores a los que exhortó a "volver a casa", la prensa dio cuenta de algunos incidentes que predicen el riesgo de una escalada. 

En Eskisehir, en el noroeste del país, un manifestante de 17 años fue gravemente herido en la cabeza por hombres armados con garrotes que le dieron una paliza. 

Mientras Erdogan era aclamado por sus seguidores en el aeropuerto, decenas de miles de manifestantes permanecían en la plaza Taksim, centro de Estambul, donde pidieron la renuncia del primer ministro. 

También hubo una importante manifestación en Ankara. 

El viernes por la mañana la situación era tranquila en esas dos ciudades. 

En Estambul, los militantes, que durmieron sobre la hierba del parque Gezi o en carpas, se despertaban lentamente y comenzaban a preparar una nueva jornada de movilización. 

"No nos iremos y la gente seguirá viniendo", dijo a la AFP Murat Tepe, una diseñadora de moda de 36 años. 

"No tenemos miedo de nada. Antes todo el mundo temía hablar pero eso se acabó", agregó. 

El parque Gezi y sus imponentes plátanos, destinados a ser arrancados en el marco de un proyecto inmobiliaria, desencadenó la protesta que se politizó rápidamente, focalizándose en el pedido de renuncia del primer ministro. 

Además de los tres muertos, los enfrentamientos han dejado 4.355 heridos en una semana, de los cuales 47 están en estado grave, declaró el jueves el sindicato de médicos turcos. El último balance oficial hacía referencia "a más de 300" heridos.
AFP