(EFE) – El presidente de Bolivia, Evo Morales, encabezó este viernes los rituales con que los indígenas aimaras de su país recibieron el Año Nuevo 5.521 de la cultura andina, en las ruinas de la antigua ciudadela de Tiahuanaco, en el altiplano de La Paz.
Centenares de indígenas y campesinos leales a Morales, además de turistas, llegaron de madrugada a Tiahuanaco, situada a 71 kilómetros de La Paz, para esperar la salida del “Tata Inti” (Dios Sol).
Los amautas o sacerdotes aimaras prepararon altares con ofrendas al “Willka Kuti” o “retorno del sol”, en lengua aimara, como llaman también a la fiesta que además inicia el cambio del ciclo agrícola para la siembra en el campo.
La entrega de las ofrendas se efectuó en medio de oraciones rezadas en aimara por los amautas, que pidieron “paz, libertad, tranquilidad y armonía” para Bolivia.
Abrigado con un poncho rojo, Morales se unió a la celebración unos 45 minutos antes de que los primeros rayos del sol bañasen el templo de Kalasasaya de Tiahuanaco.
Abrigado con un poncho rojo, Morales se unió a la celebración unos 45 minutos antes de que los primeros rayos del sol bañasen el templo de Kalasasaya de Tiahuanaco.