El presidente ruso, Vladimir Putin, "no descarta" apoyar una operación militar en Siria siempre y cuando haya pruebas contundentes de que el régimen de Damasco empleó armas químicas y de que cuente con aval de Naciones Unidas.
La aparente moderación del mensaje de Putin se produce la víspera de la cumbre del G-20, que reunirá a los dirigentes mundiales en San Petersburgo el jueves y el viernes. El presidente estadounidense, Barack Obama ha aterrizado hoy en Estocolmo, donde se reunirá con varios mandatarios del norte de Europa antes de partir hacia la cumbre en Rusia. Aún así, el presidente ruso insistió en que si el Congreso estadounidense aprueba un ataque militar a Siria, estaría dando luz verde a un acto de "agresión".
Está previsto que la posible intervención militar estadounidense en Siria domine la agenda del G-20. Obama planea mantener reuniones bilaterales con China –el país que junto a Rusia obstaculiza cualquier iniciativa de condena a Damasco en la ONU- y con Francia, el país que apoya la iniciativa de EE UU. Obama canceló la reunión bilateral con Putin, después de que Moscú decidiera conceder asilo a Edward Snowden, el filtrador de los programas de espionaje masivos estadounidenses.
En una entrevista con la agencia Associated Press y la televisión rusa, Putin dijo que “De acuerdo con la legislación internacional, sólo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas puede decidir el empleo del uso de la fuerza contra un Estado soberano. Cualquier otra decisión, supone justificar de forma inadmisible el uso de la fuerza contra un estado independiente y soberano”. Preguntado si daría su visto bueno a una intervención militar de quedar demostrado que el régimen de Damasco atacó con armas químicas, Putin respondió: "No lo descarto”. Países como EE UU y Francia acusan a Damasco de haber perpetrado un ataque el pasado 21 de agosto con armas químicas con el que supuestamente mataron a 1.400 personas.
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