La Casa Blanca restó importancia al apretón de manos que se dieron el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, y el de Cuba, Raúl Castro, en un homenaje póstumo al líder sudafricano Nelson Mandela en Johannesburgo.
"No fue un encuentro planeado con antelación", dijo un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, en declaraciones citadas por las cadenas CNN y CBS News.
"Por encima de todo lo demás, hoy es un día para homenajear a Nelson Mandela, y ése era el único foco de atención del presidente durante el servicio fúnebre" en Johannesburgo, añadió.
Estados Unidos -subrayó- "aprecia que gente de todo el mundo esté participando en esta ceremonia".
El breve apretón de manos supuso el primer encuentro documentado entre Obama y Castro, cuyos países carecen de relaciones diplomáticas desde 1961, y tuvo lugar cuando el mandatario estadounidense se dirigía hacia el estrado desde el cual habló a los miles de sudafricanos presentes en la ceremonia por Mandela.
No se trata, sin embargo, de la primera vez que un presidente estadounidense estrecha la mano de uno de los hermanos Castro: en septiembre de 2000, Bill Clinton saludó al entonces mandatario cubano, Fidel Castro, si bien el encuentro se produjo lejos de las cámaras y no llegó a la prensa hasta más tarde.
Poco después de saludar a Castro, Obama aprovechó su discurso para hacer una aparente crítica al régimen cubano, entre otros.
"Hay demasiados líderes que aseguran ser solidarios con la lucha por la libertad de Madiba (apelativo cariñoso de Mandela), pero no toleran la disidencia en su propio pueblo", señaló Obama.
El citado funcionario de la Casa Blanca recordó esa frase de Obama y señaló que Estados Unidos "urge a los líderes mundiales a honrar la lucha de Mandela por la libertad al garantizar los derechos humanos básicos de su pueblo".
Castro, por su parte, calificó el apretón de manos como algo "normal", de gente "civilizada", en una breve entrevista con la emisora La FM de Colombia desde Johannesburgo.
EFE