El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pidió este martes perdón a la comunidad de paz de San José de Apartadó (noroeste), que optó por la resistencia pacífica en medio del conflicto armado interno y fue acusada erróneamente por las autoridades de apoyar a las FARC en el pasado.
Santos anunció las disculpas, en nombre del Estado y acatando una disposición del Tribunal Constitucional, evocó la vocación pacifista del fallecido líder sudafricano Nelson Mandela, cuando se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, en un acto en el que se refirió a las acciones de su Gobierno en esa materia.
"Hace algunos años, desde la primera magistratura de la nación, se hicieron acusaciones injustas a una comunidad, la comunidad de paz de San José de Apartadó, respecto a las cuales la Corte Constitucional ordenó al Estado, en la cabeza del presidente, retractarse", dijo Santos.
Esa comunidad, asentada en la zona bananera de Urabá (600 kilómetros al noroeste de Bogotá), en el departamento de Antioquia, se estableció en 1997, durante una época de intensa violencia entre paramilitares de derecha y guerrilleros izquierdistas por el control de la región.
Desde 2005, cuando se registró la mayor matanza colectiva, más de 190 miembros del asentamiento han sido asesinados, mayoritariamente por paramilitares, en varios casos con ayuda del Ejército, según autoridades judiciales.
Los militares afirmaban que esa comunidad tenía nexos con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acusación que llegó a hacer también el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).
"Reconozco en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó una valiente reivindicación de los derechos de los colombianos que, no obstante haber padecido el conflicto en carne propia, ha persistido en su propósito de alcanzar la paz para el país", dijo Santos.
Además, confesó que como presidente sólo tiene "profunda admiración y respeto por la comunidad de paz" y lamentó "todas aquellas acusaciones que en el pasado se hayan realizado contra su buen nombre".
"Nos retractamos como Estado, y como Estado manifestamos el compromiso irrenunciable con el respeto y protección de los derechos humanos, así como nuestro acatamiento a los órganos judiciales que velan por esos derechos", agregó.
El jefe de Estado reiteró su repudio hacia actitudes que estigmatizan "a quienes buscan la paz y rechazan la violencia", al tiempo que consideró que "todo defensor de la paz y los derechos humanos debe ser exaltado y protegido".
"Por eso pedimos perdón. Pido perdón. Y lo hago con la certeza de que el perdón es una condición de la paz, y que la paz es la única garantía de que no tengamos más víctimas", agregó el mandatario, que defendió en este martes las políticas sociales y la negociación con las FARC que su Gobierno lleva a cabo en La Habana.
Asimismo, Santos evocó nuevamente al fallecido líder sudafricano Nelson Mandela, cuyo servicio religioso se celebró este martes en Johannesburgo con la participación de numerosos mandatarios del mundo, y al que asistió el vicepresidente Angelino Garzón en representación de Colombia.
"Otra vez recordemos a Mandela cuando decía: "Los valientes no temen perdonar por el bien de la paz"", concluyó el jefe de Estado colombiano.
EFE